Una joven artesana
Entrevista a Mariana De Paoli: realizadora escenográfica
“Con mi mamá solíamos ir a ver muchas funciones de títeres”, recuerda con una sonrisa Mariana De Paoli. Fue esa costumbre de su infancia la que la impulsó a estudiar teatro y manipulación de marionetas. Sin embargo, tiempo después descubrió que disfrutaba más estar detrás de escena y armar esos pequeños muñecos en lugar de hacerlos jugar en un escenario, un sentimiento que hoy sigue intacto. Cuando llegó el momento de elegir un camino profesional, estudió el profesorado de Bellas Artes en la Escuela Superior de Educación Artística en Artes Visuales "Manuel Belgrano". Luego de participar en la realización de pequeños proyectos independientes y de acercarse al teatro comunitario con el Grupo de Teatro Catalinas Sur, las vueltas del destino la hicieron llegar al Teatro Nacional Cervantes, donde trabaja como realizadora escenográfica desde hace seis años.
“Somos artesanos. Somos aquellos que llevamos a la realidad todo lo que se planteó para la obra”, dice De Paoli. Cada pieza llega al taller con una propuesta artística y los diseños de un escenógrafo, el “arquitecto” que aporta bocetos, muestras y planos con las decisiones de cómo será la puesta en escena. Cuanto más material provee, más fácil es para el realizador acercarse a la idea planteada, aunque eso no siempre ocurre y si hay errores o lo armado no funciona luego en el escenario, se debe rearmar hasta que coincida con lo planeado inicialmente. De Paoli confiesa que todo es más sencillo cuando la persona que diseña se acerca a ellos y escucha consejos: “Las veces que más disfruté trabajar fueron aquellas en las que hubo un ida y vuelta”. Trabajar en el Cervantes le ha dejado aprendizajes y lindas experiencias. En particular, recuerda dos obras en las que fue “un placer” haber participado: Juan Moreira (2015) con escenografía de Marcelo Salvioli y dirección de Claudio Gallardou –le gustó pintar el telón–, y Así es la vida, dirigida por Santiago Doria con puesta de René Diviú.
La entrevistada enfatiza también que es necesario diferenciar el armado y la realización del sector de maquinaria y herrería, que se ocupa de la construcción de estructuras. El realizador transforma el material, lo “disfraza” para que se acerque a la estética deseada: “En No me pienso morir, de Mariana Chaud, por ejemplo, nos dieron madera y nosotros nos encargamos de que se asemeje a la de un barco. La escenografía es como una buena mentira”. Una vez terminadas, las estructuras se desmontan, se fraccionan y se terminan de armar en el escenario. De Paoli asegura que siempre asiste a ver las obras en las cuales trabajó: “Algunas veces uno no está totalmente de acuerdo con las elecciones del escenógrafo pero siempre está bueno verlo en acción”.
Si bien ha diseñado y realizado escenografías para proyectos pequeños por fuera del Cervantes, por el momento se concentra en investigar sobre la dirección escénica y estudia la carrera de diseño escenográfico en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). En su trabajo está a punto de dar un paso importante, ya que se integrará a la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el sindicato que la representa dentro del teatro. “Hubo pequeñas cosas que me fueron acercando adonde estoy hoy. Todo se fue conectando, todos los caminos te van llevando a lo que te gusta hacer. Esta es mi vocación, estoy contenta con lo que hago y todo lo recorrido”, asegura De Paoli, con una sonrisa dibujada en el rostro, la misma que apareció al principio de la charla, cuando empezó a contar su historia.