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  • SALA TOMADA

Una obrera del arte

Escenógrafa de la monumental Tiestes y Atreo, de Emilio García Wehbi, la joven Julieta Potenze es una incansable trabajadora del espacio teatral que no se anima a definirse como artista.

Por Catalina García Vassallo



Si se investiga la cantidad de trabajos realizados por Julieta Potenze, se descubrirá que existe una lista larga. Sin embargo, parece no haberle pasado el tiempo. Apenas en sus treintas, la cantidad de producciones teatrales en las que participó ya supera las 74, además de películas y producciones audiovisuales.

A pesar de desenvolverse como escenógrafa, realizadora de objetos, asistente de dirección, artística y diseñadora de luces, le avergüenza definirse como artista. Tímidamente explica que se ve a sí misma más como “hormiga obrera” o hacedora de arte que como “artista” en sí.



Julieta se introdujo en lo teatral casi por casualidad: en el “Taller los pibes”, donde trabajaban en casas abandonadas, una de sus compañeras le comentó que estudiaba con Cristina Banegas y la invitó a contactarse con el escenógrafo para trabajar juntos. Eso la llevó a trabajar con Norberto Laino y después con Emilio García Wehbi en producciones como Tiestes y Atreo, que se repuso esta temporada en la sala María Guerrero del Teatro Nacional Argentino – Teatro Cervantes. “No sabía quién era Emilio García Wehbi, no sabía quién era Laino y a Cristina Banegas la conocía un poco de haberla visto en alguna obra”, dice recordando sus comienzos, cuando aun estaba cursando el secundario. Recuerda con alegría: “Uno de mis primeros trabajos fue en el Colón, en una época donde no había celulares. Un día estaba en el CETC a las 11 de la noche, vino uno de seguridad y dijo: ‘En la puerta están buscando a Julieta Potenze’ y era mi mamá, que me buscaba porque al día siguiente tenía que ir temprano a la escuela”.


En sus proyectos de escenógrafa busca que tengan funcionalidad poética o formal. Que su trabajo sirva como un elemento más de comunicación y no sólo para reforzar lo que el mismo texto dice. Sus propuestas dialogan de manera complementaria con las demás disciplinas que conviven en el hecho teatral. Al referirse a su trabajo en conjunto con García Wehbi, director de Tiestes y Atreo, describe el proceso como “una situación muy privilegiada porque se trabaja mucho todos juntos, como un verdadero equipo creativo”. La creación de la obra fue particular, el texto se fue escribiendo a partir de las imágenes visuales que el director ya tenía en mente: cinco autos desarmados, una mesa llena de vegetación y hasta una cabaña con pantallas y luces de neón, mientras que el texto refería al mito griego que da el nombre a la obra.



Hoy, Julieta está trabajando en tres producciones teatrales que están en cartelera (Los pájaros, Turistas y exiliades y Beya Durmiente), sin abandonar nunca los talleres para adolescentes.



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