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SALA TOMADA

La memoria del Teatro Nacional

Al igual que muchas personas, les Jóvenes Periodistas de Sala Tomada tampoco sabían de la existencia de un tesoro histórico en la ochava y el subsuelo del TNA - TC: es el Instituto Nacional de Estudios de Teatro, el INET, creado en 1936 por Antonio Cunill Cabanellas. Sobre sus funciones, historia y actividades, hablaron con la directora de la institución, Laura Mogliani.

Por Victoria Vidal y Franco Lapalma




“Arraigar la convicción de que el teatro es un factor importante en el desarrollo espiritual de un país” (Antonio Cunill Cabanellas)

Sí, en la famosa esquina de Libertad y Córdoba hay un Instituto Nacional y Museo público que no forman parte del Teatro Nacional Argentino - Teatro Cervantes. A pesar de que en lo administrativo no están ligados hace mucho tiempo, comparten espacio físico y objetivos comunes. El Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET) se creó en 1936 junto al Teatro Nacional de Comedia (ahora TNA - TC), ambos dirigidos por la misma persona. Sin embargo, a los pocos años se separaron y hasta la actualidad son dos entidades independientes ubicadas en el mismo edificio, cargado de identidad y mucha historia sobre las artes escénicas de nuestro país.

Tanto al Instituto como al Museo puede accederse por la entrada que está en esa misma esquina. Al atravesar la enorme puerta se encuentran unas repisas vidriadas que exhiben fotografías, estatuillas y premios; a cada lado, un par de escaleras, también vestidas con fotografías y afiches. Entre todo el material, pueden verse momentos de Juan Moreira, puesta basada en la novela de Eduardo Gutiérrez, y a los hermanos Podestá, pioneros del teatro nacional. Si subimos las escaleras, se puede ver el museo, donde se despliega la exposición de fotografías, retratos y esculturas “Actores y actrices del teatro argentino”. En cambio, si bajamos, se llega al pasillo principal del instituto que conecta diferentes oficinas y la biblioteca. En cada paso, se descubren retratos, maquetas y personajes que anuncian la historia que sostienen esas paredes.

En palabras de Laura Mogliani, directora del INET desde octubre de 2018, el principal objetivo que tiene la institución es acercarse a los investigadores para que el patrimonio se conozca y difunda. “No tiene sentido tener todo ese archivo con el material guardado y empaquetado en las guardas para que dentro de doscientos años esté impecable, porque así no se pone en contacto con la comunidad. La idea es que la propia comunidad conozca los materiales, los resignifique y les de nuevos usos”.



Este instituto funcionó como el archivo del teatro nacional y, en particular, del Teatro Cervantes durante muchos años, hasta que éste creó su propio archivo. “Somos el archivo del Teatro de toda la Nación. Somos la memoria. El fin del instituto es preservar la memoria de la historia del teatro nacional”, explica Mogliani, doctorada en Teoría e Historia de las Artes Circenses por FILO - UBA.

Desde 1936 director del Teatro de la Comedia, Antonio Cunill Cabanellas fue el fundador del INET hace 81 años. Dramaturgo, director y pedagogo teatral de origen catalán, no solo fue el principal impulsor del instituto y quien fijó sus primeros lineamientos, sino que además fue una figura esencial para la renovación y modernización del teatro argentino en esa época. También formó, como docente en la Escuela Nacional de Arte Dramático, a toda una generación de grandes actores como Alfredo Alcón, María Rosa Gallo, Inda Ledesma y Osvaldo Bonet.

“La misma persona dirigía las dos instituciones. Las dos nacieron juntas y fueron parte de una misma estructura”, describe Mogliani. Y según la misión que se propone el INET, va en la misma línea que tenía bajo la dirección de Cunill Cabanellas. El objetivo principal establecido fue y será el de “arraigar la convicción de que el teatro es un factor importante en el desarrollo espiritual de un país”.

Desde 1936 hasta 1940, Don Antonio –como lo conocían muchos– dirigió todas las obras del Teatro de Comedia, creó la biblioteca, el archivo y el museo que se inauguró en 1938. Por otra parte, abrió un seminario dramático donde daban clases actores de la misma casa. A estos también los contrataba como becarios para recortar y pegar artículos en el archivo. Eso fue el comienzo del Instituto Nacional del Teatro.

“Había un personalismo muy grande que hacía que él aglutinara todos esos roles”, describió Mogliani. Sin embargo, Cunill Cabanellas renunció al cargo de director de ambas organizaciones, el teatro y el instituto, en 1940. En su lugar asumió Alejandro Berutti, que se había desempeñado bajo su gestión como administrador general y luego, en 1941, fue designado Antonio Saldías. A partir de ese punto, ambas instituciones ya no compartieron más el mismo director. Ahora INET depende de la Secretaría de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura de la Nación.

“El INET es importante para conocer nuestra historia del teatro nacional. Tenemos una enorme historia, en nuestra cultura y en Buenos Aires en particular. No hay ciudad como esta que tenga la cantidad de teatros, de estudiantes de teatros, de obras de teatro, de grupos de teatro. Tenemos una enorme tradición que hay que cuidar y difundir”, dice la directora Mogliani, también docente en la UBA y la UNTREF.



La tarea del INET es muy amplia, ya que consiste en brindar los estudios e investigaciones de la literatura dramática, del arte escénico y de las técnicas del espectáculo teatral. Además, realiza diversas actividades culturales, como exposiciones temporarias referidas a su especialidad, conferencias, cursos y publicaciones. Pero como remarca Mogliani, el instituto es habitualmente visitado por investigadores, estudiantes de todos los niveles educativos, público especializado y personas interesadas particularmente por el teatro.

En este sentido, mientras la directora guiaba a dos Jóvenes Periodistas por los pequeños pasillos rodeados de estantes y ficheros, en una oficina se encontraban dos investigadoras. Ambas realizaban una consulta en el Archivo Fotográfico para escribir acerca de la historia de la moda durante el periodo histórico desde 1870 a 1914. Para ese objetivo necesitaban observar la vestimenta de las actrices de teatro de la época y con una notebook iban digitalizando las imágenes que manipulaban con guantes de látex.

“Logramos crear la página web del instituto, lo que fue una tarea importante. Cuando logremos digitalizar todo vamos a subir publicaciones completas… pero es un proceso. Costó mucho. Ahora ya mandé el organigrama a la Secretaría de Cultura que es desde donde manejan la web y tardan un montón en actualizar. Es porque no lo hago yo, que solo puedo agregar publicaciones”, dice sobre las acciones para lograr mayor difusión.

Según la directora, en INET tuvo momentos de mucha productividad como, por ejemplo, de 1936 al 40, con todo el impulso inicial. En la actualidad, reconoce que hay una merma en la cantidad de investigadores que se acercan a consultar: “Ahora investigan por Internet y sobre teatro contemporáneo, la cultura de archivo dejó de ser la prioridad. En mi época ninguna investigación empezaba sin venir a esta biblioteca”.

Acerca de los proyectos futuros, subraya que la principal intención es visibilizar el instituto con el objetivo de ampliar el acceso al conocimiento: “Parte de ese proceso sería llevar adelante la digitalización del material y de esa manera, poder ofrecerlos en la página web y favorecer las investigaciones actuales. Por otro lado, me encantaría generar documentos para el investigador del futuro sobre lo que pasa ahora. Pero estamos demasiado preocupados por conservar los documentos del pasado y apenas podemos con eso. Por dar un ejemplo, ahora no tenemos fotocopiadora ni impresora”, dice Mogliani desde su lugar de trabajo y con ganas de mirar hacia adelante.

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