La diversidad de géneros y las voces de los feminismos marcaron presencia el sábado 23 de marzo en la acción de inicio de esta temporada del Teatro Nacional Argentino - Teatro Cervantes. Entre debates críticos y grandes emociones, la jornada cultural se vivió como un afianzamiento de los lazos de sororidad.
Por Elis Rizzo, Participante de Jóvenes Periodistas 2018
“Durante la mayor parte de la historia, ‘Anónimo’ fue una mujer”: se puede leer en Un cuarto propio, de Virginia Wolf, escrito en 1929 y en el programa de mano que se repartió en el Teatro Nacional para el gran evento de inicio de temporada. Nueve décadas más tarde, lo que Wolf hacía texto y voz, sigue vigente. Pero ya no en torno a la autoría sino a la visibilización y representación de las mujeres y las disidencias en los distintos ámbitos. Sólo que hoy esta problemática ocupa el primer lugar en la agenda de lucha de gran parte de los feminismos, cosa que para la escritora británica sería inimaginable.
Mujeres, trans, travestis, personas no binaries y algunos tímidos varones, coparon las tres salas, pasillos, foyer, escaleras y baños del TNA - TC desde las once de la mañana hasta las diez de la noche, la hora en que Susy Shock, la reconocida activista y “artista trans sudaca”, cerraba el día en la sala María Guerrero con su folclore de letras emancipadoras, acompañada de palmas y gritos.
Esta fiesta cultural y diversa propuso algo más que un espacio de intercambio feminista; habilitó la pregunta que muchxs, desde hace tiempo ponen en debate: ¿Cuál es la real incumbencia de los espacios estatales en la promoción de la diversidad sexo-genérica? Entendido “promoción” como acercamiento al compromiso y no como estrategias de marketing, esto es parte de la discusión y reflexión diarias que hay que tener para construir espacios donde todxs se sientan bienvenidxs.
Como es habitual desde los últimos tres años, los eventos de inicio de temporada del TNA - TC sorprenden por propuestas donde la gente se apropia del edificio por un día entero. En 2017, se realizó el homenaje a la obra de “Tato” Pavlovsky; el año pasado, con Marx nace, diferentes voces marxistas se hicieron eco por las instalaciones; y este año, en el mes de la mujer y un día previo a la conmemoración por el 43° aniversario de la última dictadura cívico-militar, La asamblea de las mujeres marcó un hito en la programación de esta casa teatral. Hito que, a diferencia de cualquier otro del TNA - TC, dejó una atmósfera cargada de teorías, literatura, pintura, serigrafía en vivo, baños no binaries, música y, sobre todo, construcción y deconstrucción de identidades. En una coproducción con el Instituto Goethe, el Instituto francés de la Argentina y la Fundación Medifé, la jornada contó con la presencia de invitadxs con un abanico de propuestas y pensamientos distintos. Entre la Alianza Francesa, el café “Las meninas” (al lado del TNA – TC) y el mismo teatro, lxs transeúntes participaron de las series “conversaciones” donde figuras como Rita Segato, Dora Barrancos y Nora Cortiñas provocaron un incendio de ovaciones. En el marco de “Subrayadas”, donde se planteó un vínculo de lectura con escritoras de distintas épocas, invitadxs como Julieta Venegas leyendo a Rosario Castellano o María Moreno, a Adelaida Gigli, también tuvieron gran convocatoria. Y para lxs que preferían algo diferente a la teoría, distintos talleres, desde un encuentro de canto nativo con Charo Bogarín, dibujo y pintura en vivo para homenajear a las víctimas de femicidio y transfemicidio con artistas como Sonia Basch, serigrafía en vivo por Lao Moy, cine y hasta la publicación del libro Feminismos: ¿desde cuándo y hasta cuándo? de la editorial del TNA, estaba al servicio de los curiosos e interesados.
Los contrastes fueron hermosos y variados: en “Conversaciones”, Ofelia Fernández, la piba que con 18 años gritó por el aborto legal en el Congreso, debatió con Martha Rosenberg, la señora psicoanalista y pionera de la campaña verde. Chicas de doce años sentadas de piernas cruzadas en el piso, hasta mujeres con bastones, presenciaron juntas este emocionante intercambio de miradas, risas y estrategias feministas en la sala Luisa Vehil. Como conversación de cierre, Segato, Diana Maffia y Laura Fernández Cordero fueron el trending topic intelectual de la noche. Las tres tocaron temas controversiales y necesarios para nuestro contexto social. Fernández Cordero mencionó la importancia de generar otros lugares de diálogo para la punición de los varones que comenten crímenes de género. Maffia explicó las dificultades que se presentan hoy en día en la vida amorosa por los replanteamientos que se llevan a cabo sobre las relaciones de pareja. Segato habló de la sociedad de masas construida bajo una perspectiva colonial y como los femicidios son producto de ésta. En un gesto de cierre y empatía con la fecha, Maffia desde el escenario miró a la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Norita Cortiñas, sentada en una de las primeras filas y le dijo: “Fueron treinta mil”.
Si bien fue amplia y extensa la propuesta de esta jornada, contando con diversas mentes, algunas de ellas pilares del pensamiento feminista del siglo XXI, la pregunta que convoca a este texto no puede ser ignorada. Es incumbencia de los espacios públicos, promotores de cultura y arte, generar un incentivo a la apropiación y pertenencia de los mismos, independientemente de la elección sexo-genérica. A lo largo de la jornada, fue recurrente la frase “qué bueno que esté pasando esto acá”, dicha por distintas personas en los pasillos del teatro. La elección de generar un evento que reúna y posibilite el pensamiento crítico es una acción, no sólo de apertura y acompañamiento a un fuerte movimiento u ola social, sino una decisión política de construir un teatro nacional por y para todxs, lejos de la endogamia cultural.
Como en todo pensamiento fuerte y disruptivo, también existe la crítica al interior. Aunque muchxs no se sintieron representados por el nombre elegido para el evento, otrxs polemizaron al respecto e hicieron escuchar su voz. O como dijo Susy Shock, “no necesitamos que nos nombre el resto, ya nos nombramos nosotres”, ante el auditorio lleno de la María Guerrero.
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