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Pornografía en escena: reflexiones en torno a Teoría King Kong

Leticia Mazur, la directora de Porno brujas, y María Onetto, la actriz, pasaron por el ciclo Conversaciones. Las artistas se reencontraron, vía Zoom, con el público para charlar acerca de cómo vivieron su vuelta al Teatro Nacional Cervantes y la complejidad que llevó convertir un texto tan potente como Teoría King Kong en un acontecimiento teatral.

Por Mariano Bustos

y Rocío Vélez



En la sala María Guerrero, dividido en cuatro espectáculos unipersonales diferentes, “la saga” Teoría King Kong fue protagonizado por Cecilia Roth, Muriel Santa Ana, Rita Cortese y María Onetto, cada una dirigida por una directora distinta: Andrea Garrote, Mariana Obersztern, Lorena Vega y Leticia Mazur, respectivamente. Basado en el explosivo libro de ensayos de la francesa Virginie Despentes, publicado hace quince años, fue adaptado para teatro por Alejandro Maci. El texto tiene tanta fuerza que aún pone sobre el tapete temas no tan resueltos en la historia de las luchas feministas.

La directora Leticia Mazur y la actriz María Onetto, ambas responsables de Porno Brujas, fueron las dos entrevistadas en el ya habitual ciclo del Cervantes online, Conversaciones. Virtualidad de por medio, se logró poner en palabras todo lo que pasó por el cuerpo de estas mujeres. Un desafío personal, artístico y político que les permitió abrir el debate más allá de la puesta en escena y la obra.

“El texto sigue vigente por varias cuestiones, primero porque el tema es la pornografía y hay todavía cuestiones tabú. Y después con el tema del feminismo todavía hay algo que está creciendo enormemente: desde lo conceptual y en la práctica, en la calle. Sigue habiendo, por supuesto, una cantidad de gente demencial que sigue sin poder romper esa configuración o no se deconstruye", dijo Leticia sobre este desafío. Tanto ella como María comentaron que fue un arduo proceso el ensayo de esta puesta, sobre todo por lo que implicaba apropiarse de un texto no teatral. “Hubo mucho de lectura entre María y yo. Fue un acercamiento súper abierto para que las dos pudiéramos meternos en todos los sentidos del texto y ver qué nos pasaba. Tuvimos dudas, preguntas, inquietudes. Nos involucramos. Para mí fue un desafío porque si bien estaba semi-planteado, buscamos que no se transforme solamente en una actriz leyendo. Queríamos que algo tome espacio, cuerpo e imagen. Quise que María no lea ciertas partes, porque los textos adquieren otro valor cuando son hablados. Y tuvimos nuestras particularidades por el tema pandemia que lo hizo todo más vertiginoso aún”, dijo la directora acerca de los primeros diálogos con el texto.

Este encuentro significó una nueva oportunidad para reflexionar sobre el contenido del libro de Despentes, un hito para la literatura del feminismo. Las entrevistadas comentaron que el proceso en su totalidad fue un “sacudón” en la medida que les permitió rever sus propios posicionamientos sobre temas tan complejos. “Yo creo que el libro nos

atravesó y nos dejamos interpelar por cosas muy inquietantes. Nos tocó profundamente el tema de la pornografía. A mí particularmente me interesa mantenerme en esas tensiones, en un estado de incerteza porque son temas sobre los que sigo dando vueltas. Sí puedo decir que tenía posiciones más conservadoras y sexorígidas y ahora estoy en un sucundún”, dijo María.

“El porno es un problema antes que nada porque pega en el ángulo muerto de la razón”, escribe Despentes en su libro y así fue: pegó justo en el ángulo. Sin embargo, la pornografía no fue la única temática que convocó a reflexión. Tanto María como Leticia sostuvieron con vehemencia que el feminismo no es solo una cuestión que involucre a las mujeres. Amparadas en el texto de Despentes, ambas proclamaron: “¿Para cuándo la emancipación masculina, para cuándo un discurso de los varones?”, preguntas que cerraron la charla pero abrieron otros interrogantes.

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