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¿Cómo soñás el próximo siglo del Cervantes?

Las flamantes autoridades del Teatro Nacional Cervantes, la directora Gladis Contreras y el vicedirector Jorge Dubatti, reflexionaron sobre la labor del teatro, una propuesta de federalización y empoderamiento de los artistas, un llamado a repensar lo nacional y a tener en consideración las diferentes perspectivas de cada territorio.


Por Candela Rodriguez y Rocío Sugint




Gladis Contreras vivió toda su vida en Santa Fe, lugar donde estudió Artes visuales y descubrió su pasión, eso que ella llama la “cocina” del teatro: la gestión y producción teatral. “Soy profesora de Artes visuales, pero desde hace más de 30 años que me dedico a la producción. Quería conocer la cocina del teatro, ingresé casi por casualidad, empecé a ayudar y me di cuenta de que la gestión me gustaba mucho”, dijo la nueva directora del Teatro Nacional Cervantes, acompañada por el vicedirector Jorge Dubatti, ambxs en el encuentro por Zoom con les Jóvenes Periodistas de todo el país.

Mujer y ''del interior'', tuvo que caminar un largo trecho para llegar a gestionar nuestro único teatro nacional. Dejó de lado todas las actividades que hacía para poder dedicarse a la gestión y producción teatral de manera independiente. Luego, hace alrededor de diez años, cuando en su provincia la contrataron para organizar e inaugurar una serie de espacios y eventos en Santa Fe, comenzó una nueva etapa en su carrera.

“Me convocó el ministerio de Cultura santafesino para organizar unos eventos puntuales e inaugurar el Tríptico de la Infancia. Me fui quedando en esa área hasta que, hace casi siete años, me ofrecieron la dirección del hermoso Centro Cultural Provincial Paco Urondo. Desempeñé ese rol hasta que me llegó, a través de Jorge Dubatti y del ministerio de Cultura de la Nación, la invitación para ser la nueva directora del Cervantes”, explica Contreras. Además, cuenta con más de 30 años de trabajo independiente en el grupo de teatro para niñes, La Gorda Azul, que tuvo como objetivo principal “mostrar los espectáculos en la mayor cantidad de lugares posible”, razón por la cual viajó por todo el mundo haciendo teatro para lxs más chicxs.

Por el Teatro Nacional Cervantes pasaron muchos directores: desde Antonio Cunill Cabanellas, hasta Rubén D’Audia. Pero, en sus 100 años de existencia, sólo una mujer había ocupado el papel de directora, Luisa Vehil, y eso pasó hace 50 años. Al menos hasta ahora: “No es una casualidad que en tantos años contemos sólo dos mujeres en este cargo tan importante y espero estar a la altura de las circunstancias. Que eligieran a una mujer y, para colmo, de una provincia que no fuese Buenos Aires, no es un hecho menor. A veces parece como si fuésemos invisibles, como si en Buenos Aires no se le prestara atención a nuestro trabajo: revertir esta situación es el desafío más grande”.

Con respecto al estado del teatro y sus trabajadores, Contreras sostuvo que lo primero que notó fue la buena predisposición, el cariño y un marcado sentido de pertenencia, características que generan, según la directora, que se trabaje mucho mejor en pos de resolver cualquier inconveniente que surja. Por su parte, Jorge Dubatti sugirió, refiriéndose a la emocionante tarea de conocer al teatro y su gente, que “el Cervantes tiene una historia pública y otra más secreta” que ambos están empezando a comprender y que es “realmente fascinante”.

Si bien acaban de llegar a la “cocina del teatro”, Gladis Contreras y Jorge Dubatti tienen infinidad de ideas para convertir al teatro en uno aún más federal e inclusivo. En ese sentido, expresaron que, si bien en programas como Jóvenes Periodistas la federalización ya está presente, se buscará profundizarla. “Buscamos que haya gente de todo el país reunida, queremos llevar el TNC a las demás provincias y queremos que las cosas sucedan en todo el país, porque este es un teatro nacional y eso se tiene que notar”, comentó Contreras.

La primeras decisiones para acercarse a aquella situación ideal ya han sido tomadas: en primer lugar, se creó un proyecto dirigido a reconocer y registrar todas las salas que quedan fuera de la órbita del Instituto Nacional del Teatro. “En acuerdo con el ministerio de Cultura, estamos creando un registro de las salas oficiales, provinciales, municipales, de gremios, de sindicatos y de colectividades, con el fin de comenzar a establecer una comunicación y conocer qué necesita o quiere cada lugar”, explicaron.

Las nuevas autoridades pusieron énfasis en “saber qué necesita y quiere la gente”. Con este motivo, llevaron adelante un relevamiento que constó en tres preguntas: ¿Cómo se relaciona el TNC con tu historia? ¿Cómo ves al teatro desde tu territorio? Y, por último, ¿cómo soñás el próximo siglo del Cervantes?

Dubatti sostuvo que desde la dirección quieren “darle la palabra al otro y saber qué significado se le da al TNC desde cada territorio”. Además, se pondrá el foco en el “empoderamiento de los artistas y trabajadores”. Pero, ¿qué significa esto? Según el vicedirector, es muy importante la valorización de los trabajadores artísticos como productores de conocimiento.

“Vamos a implementar una política de irradiación de conocimiento desde distintos centros de todo el país. Porque una de las cosas más maravillosas que tiene el Cervantes es que sus trabajadores son gente con muchísima trayectoria artística, laboral y de pensamiento, lo que podríamos pensar como ‘saberes de experiencia’ que deben ser compartidos”, dijo el investigador y crítico teatral, docente universitario y ahora vicedirector del TNC, nacido en la Ciudad de Buenos Aires. Propuso pensar a lxs artistas como “transmisores de saber” y afirmó que se llevará a cabo un trabajo muy imp armar una ‘red virtuosa’ que permita a trabajadores con enorme experiencia, del Cervantes y de todo el país, transformarse en productores de conocimiento y generar formación ortante de construcción de una red de capacitación a nivel país. “Gladis y yo tenemos la idea de, con vistas a una multicentralidad de los territorios y de los teatros argentinos”, agregó.

Las nuevas autoridades del Cervantes sostuvieron que la esencia del teatro está en la presencialidad y que no quieren perderla. Si bien la pandemia exigió que ciertos aspectos mutaran hacia la virtualidad, el plan federal del Cervantes implica que exista una presencia tangible a lo largo del país. Comentaron que “no se trata solamente de enviar videos” -sin desmerecer el trabajo que se ha hecho con los streamings-, sino de “hacer teatro con presencia en todas las provincias, no sólo en Buenos Aires”. De todos modos, las filmaciones han permitido el acceso a muchas personas y funcionan como registro. Será cuestión de hacer convivir ambas cosas.

La escucha del otro se plantea como el eje de acción central de la gestión. En ese sentido, Gladis contó que en julio de 2021, cuando ni siquiera era imaginable el lugar que ocupa ahora, realizó un curso de Accesibilidad con el equipo de Gestión de Públicos del Cervantes, donde adoptó conocimientos que aplicó luego en los proyectos en que trabajaba. Es por eso que toma con mucho respeto la experiencia de esa área y cree que se podrá profundizar en más acciones. Según Contreras, la idea es que exista una construcción colectiva entre todos los sectores del teatro y la dirección.

Ambxs directivxs afirmaron que “el teatro es muy importante en la educación”. Por eso aseguraron la continuidad de programas de formación como Jóvenes Periodistas y el taller de Escritura escénica, además de la creación no sólo de la red de intercambio de conocimientos entre profesionales de las artes escénicas a nivel país, sino también de espacios y programas de teatro para las infancias. Dada su amplia experiencia con niñes, la actual directora no descarta la posibilidad de que próximamente existan programas de teatro infantil que permitan ampliar el alcance del Cervantes a públicos de diferentes edades.

A dúo, aseguraron que comenzarán a trabajar en favor de la creación de un teatro aún más federal e inclusivo. Un teatro que mantenga un diálogo constante con todas las provincias de la Argentina y pueda construir a partir de las diferentes perspectivas y necesidades de cada una. Y animaron a continuar celebrando el primer siglo del Cervantes y a soñar con el que vendrá.



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