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En camino a un Cervantes más federal que nunca

Rubén D’Audia, el director general del Teatro Nacional Cervantes, respondió vía Zoom todas las preguntas realizadas por les Jóvenes Periodistas del TNC, en relación al teatro, la pandemia y las planificaciones futuras.

Por Ángeles Herrera y Sebastián Fraternali



Designado por el ministro Tristán Bauer, en julio del año pasado, Rubén D´Audía toma las riendas de un Teatro Nacional en plena emergencia sanitaria, tras la renuncia de Alejandro Tantanian. Graduado en Ciencias de la Educación, además de contar con una estrecha relación con la actividad teatral en roles de dirección y asistencia, posee una reconocida trayectoria en instituciones de gestión estatal. Tal fue el caso de Educar S.E., donde ocupó el cargo de presidente de 2006 hasta 2015.

Su llegada al Cervantes viene acompañada de dos líneas de acción: la producción y acceso de la sociedad a contenidos culturales y la apertura federal del Teatro, a través de programas de accesibilidad y educación. A un año del inicio de su gestión, les Jóvenes Periodistas indagaron acerca de las actividades desarrolladas en el marco de la pandemia, donde la virtualidad, restricciones, protocolos de bioseguridad y políticas de desarrollo e impulso al sector cultural pusieron a prueba su creatividad y la de todos los equipos del Teatro.



-La pandemia provocó, a partir de 2020, un traspaso del Cervantes a todo el ámbito online ¿cómo fue el feedback del público? ¿Se van a mantener virtuales algunas de las propuestas que tuvieron que modificar o continuarán de forma presencial luego de la pandemia?

-Sí, la pandemia nos ha llevado a lugares desconocidos, a mí en lo personal mucho más porque, apenas comenzamos con la gestión en el teatro, a las pocas semanas apareció la situación sanitaria tan complicada para el mundo. Los equipos del teatro -prensa, difusión, gestión de públicos, producción-, rápidamente se pusieron a pensar qué acciones podíamos llevar adelante para que el teatro siga permaneciendo vivo, presente. Apareció la cuestión de poder subir contenidos que ya estaban grabados al canal del Cervantes online (en YouTube) y ahí nos encontramos con mucha gente que agradecía la posibilidad de poder tener un contacto con estas filmaciones y sobre todo gente del interior que nunca había venido a CABA y que quizás nunca lo haga. La verdad que ese feedback siempre es muy grato.

También me encontré con una posibilidad cierta a través de la tecnología, la de poder cumplir con una de las funciones esenciales del Teatro Cervantes como único teatro nacional, la distribución del capital cultural. Ahora mismo Canal Encuentro está emitiendo Nuestro Teatro que grabamos el año pasado y son contenidos que están a disposición de nuestras y nuestros compatriotas. En relación a Cervantes Educación, poder entrar en contacto con jóvenes de otras jurisdicciones, otras provincias, me parece que es algo que no podemos abandonar. En todo caso, tenemos que mejorar y profundizar. No es excluyente, tiene que ir de la mano. Cuando podamos volver a lo que conocíamos antes de la pandemia, esto no tiene que desaparecer porque la verdad que es una herramienta muy eficaz. Es la posibilidad de poder reunirnos todos nosotros y nosotras en este momento al mismo tiempo y poder estar charlando.


-¿Cómo ves tu gestión con respecto a las anteriores en el tema inclusión? ¿Qué otros proyectos se están pensando o te gustaría que se lleven a cabo?

-Muchas de las acciones que el TNC viene desarrollando comenzaron en gestiones anteriores. Uno tiene que poder retomar, sostener y mejorar, y me parece que la inclusión ya se venía trabajando desde antes. Hay un programa que se llamaba Cervantes en el camino que queremos volver a poner en juego. Son espectáculos teatrales itinerantes por todo el país, incluso en aquellos lugares donde no hay salas teatrales y llega a lugares en los que, naturalmente, el teatro no llega. El Cervantes es la representación del Estado nacional en las artes escénicas. El Estado, básicamente, debe garantizar derechos y hay derechos de última generación que no podemos desatender, como el cupo laboral a personas trans, lo mismo que poder generar y promover contenidos audiovisuales que sean accesibles para las personas sordas y que estos puedan verse en cualquier lugar del país y del mundo. Nuestra misión, entre otras, tiene que ver con garantizar el acceso a la cultura, a los bienes culturales, al capital simbólico que nos abre horizontes, nos abre la cabeza y a eso tenemos que apuntar. Después hay un montón de herramientas que se toman para cumplir con ese objetivo y es una alegría que los propios equipos que conforman al TNC estén muy involucrados con estos principios. Tenemos la idea de poder generar, en un futuro inmediato, algún tipo de clínica, laboratorio o taller con creadores de distintos lugares del país. Brindar un espacio donde puedan desarrollar un proyecto que tengan arrancado o no y darles la posibilidad o un entorno amigable para poder desarrollarlo, es decir, llegar a nuestros artistas que están lejos de CABA. También habíamos pensado en un espectáculo este año, para conmemorar los 100 años del Cervantes, que saliera de gira por el país. Que la celebración de nuestro Centenario signifique la posibilidad de poder convocar a los artistas locales para conocernos, intercambiar, pensar. Y quizás sea el puntapié inicial para poder luego promover otros proyectos.



-¿Qué otras actividades o planes tienen pensados para celebrar los cien años del Teatro?

-Estamos trabajando en dos propuestas editoriales: un libro, cuya línea editorial la está llevando adelante el investigador y docente Jorge Dubatti que ponga de manifiesto situaciones que ha vivido el Teatro. La idea es mostrar los conflictos que ha atravesado, las tensiones que se han suscitado en la vida del TNC. Al mismo tiempo, hay otra producción editorial que está destinada a las infancias, que da cuenta del aniversario, pero ahí tratamos de generar un contenido que muestre el Teatro por dentro, que abra la curiosidad de les niñes de nuestro país relacionada a esta institución. Además, tenemos pensado una serie de mesas de debate, en relación a temáticas teatrales. En el mes aniversario, vamos a tener un ciclo de Teatro x la Identidad, que este año cumple veinte años. También tendremos una muestra de objetos significativos del Teatro, que va a estar puesta de manera permanente hasta fin de año y quizás el año que viene. Va a haber vestuario, fotografía, programas de mano, utilería teatral. Y luego, como hablamos antes, nuestra mayor expectativa era poder salir por el país con esta celebración, generando encuentros, pero la verdad es que está muy difícil la situación sanitaria como para poder planificarlo ahora, por lo cual seguramente tengamos que llevarlo a cabo el año próximo.


-En relación a estas dificultades a causa de la pandemia, ¿cómo adaptaron el trabajo del personal? ¿La situación se pudo sacar adelante?

-Fue una situación muy inesperada, que no habíamos vivido antes como humanidad, al menos en generaciones recientes. En el caso particular del Teatro, nosotros no tuvimos la oportunidad de elaborar un proyecto con mucha anticipación. La convocatoria del ministro Tristán Bauer fue bastante urgente para hacernos cargo del Teatro. Sí teníamos la idea de retomar algunos programas que pretendíamos muy virtuosos en la historia del Teatro: el federalismo, poder interactuar de manera más activa con las provincias. Tuvimos que reactivar, y en muy poco tiempo, el trabajo de toda el área audiovisuales y comunicación, generando una programación virtual de obras que ya habían sido grabadas. Después pensar de qué manera podíamos dar respuesta a la crisis, en cuanto a las fuentes laborales para las actrices, los actores, directores, para todo lo que es el universo teatral. Ahí apareció la propuesta de generar, primero, un concurso de dramaturgos y dramaturgas y, cuando las condiciones sanitarias lo permitiesen, como así fue a partir de septiembre, poder grabar y convocar elencos. Todo el mundo cobró un mismo caché, figuras conocidas, chicos o chicas jóvenes que no tienen tanto perfil, cobraron lo mismo. Fue muy bueno y muy bien visto por el medio el poder generar fuentes laborales concretas y dignas. Tuvimos que armar un protocolo Covid-19 dentro del Teatro, lo cual generó la posibilidad de tener una construcción mucho más política con las organizaciones gremiales presentes en el Teatro, para ponernos de acuerdo de qué manera las y los trabajadores podían volver a las tareas, algo que seguimos manteniendo. La realidad nos fue mostrando qué cosas podíamos y qué cosas no, y ante eso se puso en juego la creatividad.

Más allá de la infinidad de impedimentos con los que la pandemia puso a prueba a la actividad teatral, los equipos del Cervantes y su Director a la cabeza se han puesto a la altura de la situación, encontrando en la virtualidad el ápice necesario para su deseo de un Teatro más presente y visible en todo el país. Con las metas claras, la creatividad a pleno y las riendas sostenidas con firmeza, no hay dudas que, nuevamente, el Cervantes está en el camino.


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