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Dejar huellas en les otres: la Micro Gran historia de una docente

Silvana Fiel es profesora de Historia en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Mar del Plata y uno de sus alumnes, un Joven Periodista del TNC, le realizó una entrevista para difundir el dedicado trabajo diario de la docente que sabe cruzar los contenidos de su materia con el Teatro.


Por Sebastián Fraternali




Es muy sencillo pensar que el o la referente de les estudiantes de un profesorado en teatro sean, por una cuestión lógica, une profesore de actuación. Sin embargo, para les docentes en formación de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Mar del Plata (EMAD), es una persona completamente diferente. Silvana Fiel, profesora de las cátedras de Historia Social General e Historia Sociopolítica de Latinoamérica y Argentina, se convirtió en la marca de una forma diferente de ver y entender la historia. Periodista, docente de alma y, por qué no, artista, logró llegar al corazón de cada une de les estudiantes que atravesaron su cátedra sin imaginar lo que en esta encontrarían. En esta nota descubriremos quién es ella, que hay detrás de su pedagogía y, sobre todo, cómo llega una profesora de Historia a volverse una verdadera actriz de su propio campo.

''Siempre desconfié de la posibilidad de tener un lugar en el que la historia fuese apreciada por el estudiantado. Las dos materias que más odian son Matemáticas e Historia, a la que pueden llegar a amar cuando se encuentran con ella fuera del encuadre escolar, a través de documentales o libros. Y más ocurre en una carrera donde la materia es una suerte de soporte a lo verdaderamente troncal, en este caso, la formación docente. 'La historia es como la mugre', está en todas las carreras, la que quieras: cerámica, música, matemática, enfermería... Creo que esta intención de que aparezca la materia en el plan de estudios de todas las carreras, deviene de la idea de pensar la profesión en función de una construcción en el tiempo. Al ser un espacio tan marginalizado, quienes nos ocupamos de su enseñanza estamos acostumbrados a 'pelar' todos los recursos'', dice la docente. Silvana llega a la EMAD en 2011, a partir de un llamado a concurso dirigido, específicamente, a profesoras y profesores de Historia. Cabe señalar que, para acceder a los cargos docentes de educación superior municipales, se debe presentar un proyecto con el marco que cada docente tiene previsto para la dicción de la materia, sin perder de vista a qué tipo de institución se pretende ingresar.

''Cuando me entero que se trata de una escuela de arte dramático, lo primero fue pensar en cómo llegar a cada estudiante, qué recursos llevar y, sobre todo, qué filiación hay entre la historia y el teatro'', indica la profesora. ''En síntesis, qué es lo que la historia le puede aportar a una persona que se forma como docente de teatro. Primero es un descubrimiento propio: desde dónde la historia se une con el teatro. Si bien nunca hice teatro, soy espectadora y lectora de textos dramáticos. Entendí que les estudiantes de profesorado, como actores y actrices antes que docentes, deben interpretar obras variadas que, lógicamente, responden a momentos históricos diferentes. Para desarrollar o construir esos personajes, tienen que tratar de situarse en la época e imaginar de que maneras se vivía. Desde ese lugar, tomé el concepto de microhistoria como una fuente inagotable de recursos, para simpatizar y empatizar con un otro u otra que ha vivido en otros tiempos'', dice.

En cuanto a las materias teóricas, la escuela aún conserva el orden escolástico tradicional. Sin embargo, el despliegue creativo de las clases de Silvana trasciende las formas educacionales más arraigadas. Bajo el mote de “la maestra jardinera de la EMAD”, los martes y los viernes se la puede ver llegar a la institución cargada de objetos, trayendo invitades especiales, acompañada de estudiantes de otros años preparades con representaciones pensadas para la clases de la jornada o, simplemente, con material interactivo ideado por ella misma para jugarlo en el aula.

''Para mí, el espacio que ocupo como docente es un escenario, más allá de que tengo al público cautivo, porque ustedes no eligen 'ir a ver esa obra de teatro'. Pero es un público merecedor de una gran obra artística. En este sentido es en el que pienso las clases. Como docente hay que conmover al otro con el contenido. El aprendizaje tiene que ser significativo. Y que mejor que conmover a partir de una buena obra teatral, que contenga estos aprendizajes y contenidos históricos'', explica.

Pero no todo puede ser, siempre, de color de rosa. La actual situación sanitaria internacional sacudió a todo el espectro educativo. En el caso de la EMAD, una de las cátedras mas significativas y sentidas, a raíz del aislamiento, fue la suya: ''Armar las clases grabadas fue parte de un proceso de adaptación de lo que pasaba en el momento. Lo verdaderamente difícil es estar hablándole a una cámara aguardando que, en algún momento, estén ustedes mirando del otro lado. Yo soy como Tato Bores con sus monólogos, sin ese freno me salían clase de hora y media o dos horas. ¡Eran absurdamente antipedagógicas! Agregarle a todo esto cuando a alguna o alguno se les caía la conexión, eso me producía mucha angustia. Por eso tomé la decisión de ir por el acompañamiento real, en detrimento de haber concebido la clase como si hubiera sido real'', dice la docente para quien la palabra 'acompañamiento' es clave en la praxis cotidiana. Por ejemplo, esta experiencia que la pinta por completo: ''Recuerdo una de las clases para el primer año, la de Revolución Rusa. Había decorado el aula con banderas rojas y mis hijos vinieron caracterizados como revolucionarios. Arengaron a todo el curso a gritar ¡que viva el comunismo! hasta a ponerse las escarapelas rojas, todo como si fueran personajes que salieron de aquella época. Esa es la integración que pude llegar a hacer entre mis hijos y mi profesión y viceversa. No creo en los compartimentos estancos donde todo se divide todo el tiempo. La vida es una sola, el conocimiento también''.


Todos los encuentros con Silvana siempre terminan de manera especial, casi como se tratara de la moraleja al final de una fábula de la cual, muches, deseamos que dure más de dos horas. Para esta entrevista, en particular, nos deja un pensamiento acerca de lo que, considera, es el conocimiento: ''Los contenidos de cualquier área, es decir, el conocimiento académico, no pueden ni deben estar diferenciados o distanciados del humor. Lo emocional no puede estar ausente del proceso del aprendizaje. Los contenidos son una excusa para todo, para reirnos, pensar, reflexionar, encontrarnos, debatir; pero, sobre todo, para ser mas felices''. Esta es solo una parte de su microhistoria, esos pequeños recortes de la vida cotidiana de una persona que, desde el gesto más pequeño y noble, logra cambiar la vida de les demás.



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