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SALA TOMADA

Para todo público

Actualizado: 18 jul 2019

La exitosa obra para toda la familia El hombre que perdió su sombra amplía sus públicos. Por primera vez ofreció visita táctil y función accesible en el TNA, para el disfrute de personas ciegas y sordas.

Por Sol Putrino


¿Qué es lo público y quiénes integran al público del TNA? Desde esta pregunta convertida se inició el proyecto de Accesibilidad para personas con discapacidad visual y auditiva, a cargo del área de Gestión de Públicos del único teatro público nacional. Luego de la función piloto de 2018 de La vida extraordinaria y de cuatro funciones desarrolladas durante este año –dos de La madre del desierto, en febrero, y dos de En lo alto para siempre, en marzo–, llegó por fin, el sábado 8 de junio, la primera función con recursos accesibles de El hombre que perdió su sombra, versión libre de La maravillosa historia de Peter Schlemihl de Adelbert von Chamisso, de Eleonora Comelli y Johanna Wilhelm.

Previo al inicio de la función, cuatro intérpretes de Lengua de Señas Argentina (LSA) se encontraron en el foyer para indicar por dónde ingresar a la sala y atender dudas posibles. Como parte del público, también recibieron a Samba, la perra guía de una de les espectadores no videntes que asistió ese día. Se entregaron cuadernillos en braille con los personajes de la obra y programas de mano con código QR punteado en relieve para acceder al contenido en audio y lengua de señas por fuera de la escena. Ya ubicados en la sala María Guerrero, el público recibió una audiodescripción introductoria en la que se dio a conocer la reseña argumental y se brindaron datos sobre las características edilicias y decorativas del teatro: “sillas rojas que parecen terciopelo”. Una vez iniciada la función las intérpretes de LSA se ubicaron en un primer plano al extremo derecho del escenario. Entre las cuatro mujeres se fueron alternando para que siempre dos de ellas se encontraran en escena traduciendo en simultáneo.  

La experiencia, realizada con enorme calidad y profesionalismo, demostró que para este proyecto ya no hay vuelta atrás. Tal como la moraleja de El hombre que perdió su sombra: “Todos somos luz y sombra”. Pese a nuestras diferencias todes compartimos la misma condición de humanidad. Por lo tanto, un público diverso dispondrá de los mismos derechos siempre y cuando las formas de acceso sean adecuadas a las posibilidades de cada une.

Al finalizar la función saludaron las retroproyectoristas y el elenco de la obra y, junto a elles se despidieron las intérpretes de LSA, ya que también formaron parte del hecho teatral. Como bien dijo Nacho Bartoloné, en la pasada conferencia de prensa sobre Accesibilidad en el TNA: “Se me reeditó el asombro”. La obra se reedita porque nuevos signos se incorporan y éstos son absorbidos por la ficción. Un teatro con recursos accesibles no produce dos lenguajes, sino que los integra y, en consecuencia, enriquece la narrativa para todes. De esta manera, todo el público es colocado en un mismo territorio de inclusión. El teatro abre sus puertas para eximir las segmentaciones que se provocan en la sociedad: un proyecto público al alcance de todes.



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