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Un sueño hecho realidad
Con luces de colores que van y vienen, música de estilo house techno en vivo, personas de blanco moviéndose de un lado a otro y una reacción del público que no se acostumbra a un teatro convencional, la obra de danza Ciudades Invisibles formó parte de la cartelera de espectáculos en la provincia de Tucumán bajo el programa TNC Produce. El equipo dialogó con ObCervantes sobre la producción de danza-teatro.
Por Melina Camargo y Belén Quintana
Daniel Antonio Corres, Pamela Navarro y Estefania Luján Arroyo, los tres autores, directores e intérpretes de Ciudades invisibles, junto al músico Sebastián Aráoz y la asistente de dirección Luciana Villafañe compartieron experiencias sobre el proceso creativo de la obra estrenada el 1 de septiembre en el Teatro Municipal Sala Rosita Ávila, de San Miguel de Tucumán.
Una especie de DJ comienza a dar forma a una serie de pequeñas historias con diversos personajes de blanco, entre otros, que recorren el espacio con la danza, lo que genera un ambiente agradable en la sala. Pero no existe una historia lineal que se pueda definir ni contar con exactitud como las obras de teatro tradicionales. Daniel Corres explica que “es muy personal y es una experiencia que debe vivirla cada persona para que pueda tomar de la obra lo que necesite”.
El grupo afirma que es una propuesta muy lúdica, interesante y visual. Por eso, hay una interacción con el público que no se esperaba tener en un principio porque estos universos no aparecen de modo transparente pero se relacionan a lo cotidiano y a lo individual.
Por su parte, Luján Arroyo comenta que la propuesta para el espectador se termina de concretar una vez que ve la obra: “Cada espectador se irá con su universo, su sensación y su ciudad nueva. Apuntamos a que el público pueda venir y disfrutar”.
La génesis de esta producción nace del juego, la investigación y la amistad comenzando con juntadas, charlas y formas de conocer su cuerpo utilizando sillas y mesas ya que en un principio no contaban con escenografía. Es así que los mismos intérpretes reconocieron que cada función era distinta y la gozaban cada día más sin pensar que la obra sería parte del Teatro Nacional Cervantes. “La idea inicial era producir. Todo es autogestión y es complicado porque no están los recursos. En ese marco nos presentamos a la convocatoria y resultó magnífico porque todo lo que nos imaginamos sucedió. Para nosotros fue un aprendizaje”, dice Daniel.
En cuanto a la conformación del equipo, esta es la primera vez que todos los integrantes se unieron para trabajar en conjunto. Aunque existen algunas conexiones laborales previas entre sus miembros, no fue hasta la creación de este proyecto que desarrollaron la dinámica de trabajo que actualmente sostiene Ciudades invisibles. Organización que se fue conformando en función de las necesidades de la puesta como, por ejemplo, la música que juega un papel fundamental. “Está integrada totalmente, es parte del proceso creativo. Sería muy difícil separar qué fue primero, el huevo o la gallina, la música o la danza”, cuenta el grupo entre risas.
Gran parte de lo que sucede con el público -levantarse de sus butacas para bailar, aplaudir y gritar de emoción- fue gracias al trabajo de Sebastián Aráoz, quien está en escena todo el tiempo mezclando en vivo. El músico manifestó estar agradecido por la oportunidad de participar de esta experiencia porque fue un proceso que aprovechó para disfrutar con la improvisación: “Son instrumentos en los que trabajo con controladores en donde no tenía mucho espacio para probar cosas y este proyecto me lo brindó y, de esa forma, fuimos creando estructuras”.
Durante el proceso creativo el equipo sintió la necesidad de contar con una mirada externa que asistiera el trabajo. Y es allí cuando Luciana Villafañe fue convocada por sus compañeras junto a Ana Sofía Seidán quien tomó el rol de escenógrafa. Era muy importante contar con personas que tuvieran las mismas energías.
Una vez que Ciudades Invisibles comenzó a concretarse bajo la producción del TCN las expectativas del grupo se cumplieron. “Fue un sueño hecho realidad desde que nos enteramos que habíamos quedado seleccionades. Todo se dio de una manera muy hermosa porque venimos de la autogestión, bien independientes. Nos cuidaron y nos reflejaron el respeto que tienen por les artistas, ha sido muy maravilloso desde cada área: iluminación (a cargo de Aida Navajas y Humberto Alonso), vestuario (Claudinna Leguizamón), producción local (María Fernanda Obeid) y hasta los del Cervantes”, contaba Luciana con emoción.
Con respecto a la experiencia vivida en el estreno del 1º de septiembre, la recepción del público fue interpretada por el grupo como muy buena. Asistió mucha gente que conocía el proceso entre artistas locales, familiares, invitados del Cervantes y funcionarios públicos. Daniel cuenta: “Creo que va a suceder eso del ‘boca en boca’, llegando a gente que no es habitué de la danza y el teatro. No se trata de una danza acartonada que sólo puede ver el que entiende o conoce de la danza contemporánea, sino que nuestra intención fue armar una propuesta muy visual que genere apertura a nuevos públicos”.
En cuanto al futuro, el equipo prepara para octubre o noviembre el desafío de gestionar y producir nuevas propuestas escénicas. También la idea es continuar con Ciudades Invisibles aunque la escenografía es compleja para los traslados. “Existe la posibilidad de hacer gira por el interior de Tucumán. Nos encantaría pero resulta complejo el traslado. Quizás sea una nueva oportunidad para pensar la obra en un formato reducido, una puerta abierta a otras posibilidades”, finalizó Daniel muy entusiasmado por el logro y la experiencia conseguida.
La obra estuvo en cartelera todo el mes de septiembre hasta el 1º de octubre en la sala Rosita Ávila de la capital tucumana con entradas gratuitas aptas para todo público.
FICHA TÉCNICA
Dirección e interpretación: Luján Arroyo, Daniel Corres, Pamela Navarro Diseño de iluminación: Aída Navajas y Humberto Alonso Música: Sebastián Aráoz Vestuario: Claudinna Rukone Escenografía: Ana Sofía Seidán. Asistencia de Dirección: Luciana Villafañe Producción de Tucumán: Fernanda Obeid
