La familia es lo primero
Muy emotiva crítica de Las manos de Eduviges al momento de nacer, de Wajdi Mouawad y dirección de Cristian Drut, que hace hincapié en la relación entre las dos hermanas.
Por Sofia Romero
Para crear algo, primero le debe gustar al creador y, luego, debe poder consumir el material varias veces sin aburrirse. En Las manos de Eduviges al momento de nacer este dicho se cumple. Cristian Drut, el director de esta obra presentada en la sala Luisa Vehil del Teatro Nacional Cervantes (TNC), en plena función es un espectador más, ve con asombro y se ríe de las acciones de los personajes. La maravilla de la creación de un espectáculo sobre milagros y tragedias, sobre los peligros de la juventud.
Las familias son complejas, hay de todas formas y tipos. Los lazos de sangre también. En la antigüedad, como en algunos países actuales, las relaciones parentales son la prioridad. La independencia como persona no existe, solo hay beneficios. ¿Qué sería de las personas sin el libre albedrío? ¿Qué sería del individuo sin la rebeldía, la capacidad de pensar por sí mismo, equivocarse y pagar sus pecados? ¿Sin la decisión de vivir con las consecuencias que implica, o morir con las desgracias que deja? ¿Sin poder huir, viajar para encontrar lo que se desea, sin poder ser?
En su significado bíblico, “Esther” significa estrella. Estos astros son muy brillantes y encantan a todo aquel que los ve pero, en realidad, ya no existen, desaparecieron hace mucho y dejaron huellas de lo que fueron. Memorias y significados. Para Eduviges (Vanesa González) su hermana desaparecida hace 10 años es su luz en aquella inmensa oscuridad que es su familia. Un entorno que se preocupa por la individualidad, por materialidades, por lo social más que lo real. Para esta joven, “Esther” es una esperanza que aún no se acaba, un deseo de milagros.
Una familia de cinco integrantes, una hermana desaparecida, un hermano que quiere huir y una joven con dolor por la indiferencia. Desunión, una mezcla de sentimientos de traición y cansancio. La identificación tiene dos vías: o los padres o los hijos. ¿Qué joven no tuvo desacuerdos con sus progenitores? ¿Qué mayores no sufrieron por sus descendientes? Las relaciones son difíciles, más si sucede una pérdida y se vive en un pueblo pequeño, aburrido de la monotonía, un lugar donde “no pasa nada”. En esta obra hay una representación del típico refrán “pueblo chico, infierno grande”: una familia juzgada, una hija catalogada de ser “una cualquiera”, la otra de realizar “maravillas” con sus manos.
En este espectáculo, que cuenta con la actuación de Horacio Acosta (Matías), Matilde Campilongo (Eloisa), Eddy Garcia (Alex), Aldana Illan (Esther), Sergio Mayotquin (Vklav) y Vaneza Gonzalez (Eduviges), los versos de José Hernández en El gaucho Martín Fierro sobre la fraternidad ("Los hermanos sean unidos porque ésa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera") se cumplen. Lo único que ocurren son desgracias cuando la desaparecida estrella vuelve y es rechazada por su familia, solo Eduviges la apoya pero eso no alcanza en una situación de gran desesperación como un embarazo y un parto. No quedan más que lamentos, un hogar perdido y un fuego que todo lo roba.
Todo sucede en un sótano “oscuro”, oculto de la sociedad que ha llegado a una casa a buscar “diversión” con la excusa de un velorio. La indiferencia de los seres ante el dolor de enterrar un ataúd vacío es aberrante, la idea de la familia de lucrar y cambiar sus vidas con una tragedia es cuestionable. La obra transcurre en un pequeño cuadrado que ocupa el centro de la sala, es un espacio diseñado por Cecilia Zuvialde que permite sentir la desolación al ser de limitado tamaño. Hay elementos como cajas, una alfombra y unas escaleras que funcionaran como la puerta al exterior, al caos y a la paz. Además de ser el escudo que oculta en cada momento a Esther de los demás.
El uso del vestuario como material dramático y como escenografía fue sorprendente, de un vestido de jean utilizado por Eduviges a una pared que tapa un parto sin asistencia. Cada pieza de ropa mantiene un estilo similar a las vestimentas nobles antiguas, pero con un toque moderno. La diferencia entre la ropa de Esther y la familia es un contrapunto, una muchacha que se fue para vivir la vida, que aprendió que no todo será bueno “afuera” y quien le muestra otra realidad a su hermana, y aquellos que han mantenido una vida “respetable”.
Eduviges intenta comprender a su hermana, convencer a los demás de aceptarla y ayudar a Esther. Por eso realiza un milagro: de sus manos chorrea agua, pero el fin está cerca y de nada sirve la esperanza no acompañada. Un amor profundo, más allá de las diferencias, los rumores y las malas intenciones. Esther, Eduviges y su enamorado Vaklav, un amor similar. Un verdadero querer. Y una familia desmoronada, una madre dolida que elige olvidar, un padre cansado por los rumores y un hermano que ya no aguanta la sociedad. Una vida en familia, una vida dura.
En la sala, detrás de ese cuadrado central, hay un material similar al aluminio que permite crear un efecto espejo al reflejar la imagen que se encuentra en una alfombra que cubre toda la sala. Es muy característico: un paisaje natural, el cielo (“único límite del hombre”) predomina en ese diseño. Tal vez transmite deseos de libertad pero, por momentos y gracias a la iluminación de Facundo Estol y la música de Rodrigo Gómez que juegan con los tonos y momentos dramáticos de manera precisa, permite comunicar sensaciones de asfixia, desesperación, desolación. Ansias de salir del límite de un sótano y explorar la amplitud del mundo.
La obra escrita por Wajdi Mouawad, escritor, actor y director de teatro canadiense de origen libanés, fue traducida al español (por pedido exclusivo del TNC) por Julián Ezquerra (que además fue asesor literario), contó con la colaboración artística de Tomás Corradi y la producción ejecutiva TNC de Lucero Margulis y Francisco Patelli. Por otro lado, la asistencia de dirección TNC fue realizada por Juan Francisco Doumecq. Se podrá ver el espectáculo de jueves a domingo a las 18, desde el 5 de noviembre hasta el 18 de diciembre.
Comentários