Si no estás, ¿quién te ve?
Algunas tardes, el foyer del Teatro Nacional Cervantes se transforma en un espacio privilegiado para integrar las diferentes formas de disfrutar el espectáculo. Las dos visitas táctiles organizadas sobre Medea Meditativa transfieren a otros lenguajes la densidad visual de la obra para que todos puedan tener una vivencia integral.
Por Julián Guzzo, Mili Luna, Pilar Pisano y Sofía Romero
El público va al teatro a escuchar, además de ver. A compartir e imaginar. En el marco de la obra Medea Meditativa de Emilio Garcia Wehbi, el Teatro Nacional Cervantes realizó dos visitas táctiles los viernes 8 y 15 de julio a través del programa TNC Accesible, que busca garantizar un disfrute igualitario para personas con discapacidad visual, auditiva y para la comunidad sorda.
La visita táctil consiste en un recorrido guiado desde el foyer del teatro hasta el escenario en el cual se realiza la obra, la sala Luisa Vehil. El evento está dirigido a las personas con discapacidad visual y baja visión a las cuales les permiten tocar el vestuario, escenografía, y, finalmente, tener una charla con el director Emilio García Wehbi y el resto del elenco integrado por los intérpretes Maricel Alvarez, Walter Jakob y el músico en escena, Marcelo Martinez.
Los asistentes del viernes 8 de julio, un grupo de diversas edades perteneciente al Instituto Román Rosell de San Isidro, colocaron sus manos sobre las columnas del foyer y reconocieron con sus bastones detalles del piso embaldosado del edificio centenario. Y, a medida que se acercaban a la sala del primer piso, recorrieron varios espacios del teatro junto a sus guías.
El público, una vez ingresado al salón, fue guiado hasta la primera fila en donde se acomodó para escuchar con atención a Juan Pablo Gómez, del área de gestión de públicos y a Gladys Benitez, locutora y responsable de las audiodescripciones de los espectáculos que ofrece el teatro.
Alrededor se encuentra el resto del equipo y dos camarógrafos; adelante se sitúa una pantalla enmarcada por dos columnas; y al fondo, están las luces y el plantel de sonido. El piso está marcado por distintos rectángulos, que servirán posteriormente para marcar las distintas posiciones de los actores en la obra.
Entre los participantes se encuentra la profesora de teatro del Instituto Roman Rosell, Marisa Sanchez, que reflexiona sobre el evento al comentar que es una experiencia maravillosa porque es la única forma que tienen sus alumnos para empezar a ir al teatro.
El equipo de Gestión de públicos, junto al de Escenografía, comenzaron a explicar los objetos que forman parte de la puesta en escena: un ternero recién nacido, un ternero bola y un chancho bola. Los presentes tocan los objetos con sus manos entre risas y preguntas sobre características y colores.
Entre los espectadores, un estudiante de teatro del Rosell expresa su agradecimiento hacia los organizadores por permitirle tener una vivencia completa de una obra con gran densidad visual y comenta que tener un pantallazo previo de estas características sirve para enhebrar mejor la obra y vincular el texto.
El equipo de vestuario presentó por un lado un maniquí con un vestido blanco y, por el otro lado, una cofia. La vestuarista, Ángela Gianelli, se emocionó al comentar que "la propuesta es genial" porque permite a los participantes conocer cosas de épocas que tal vez nunca percibieron.
Durante la experiencia, los organizadores explicaron los rasgos visuales de la obra como el contenido de las proyecciones, movimientos en escena que no están apoyados por el texto, diversos rasgos del vestuario y la contextura física del elenco.
García Wehbi comentó su agrado por la iniciativa del teatro y expresó: “Es rico y emocionante participar de esta experiencia integradora”. Además, celebró la participación de las diferentes secciones de los trabajadores de la puesta en escena.
La función se realiza con pequeñas modificaciones para que los textos proyectados en la pantalla sean enunciados por los actores, ante esto la profesora Marisa Sanchez, recuerda los obstáculos habituales que aparecen cuando personas con alguna discapacidad quiere ir al teatro: el transporte, poca ayuda de las obras sociales y la falta de difusión y accesibilidad de algunas salas. También, apunta a que ellos mismos, como comunidad, se movilicen para apropiarse de los espacios culturales al comentar: “Si no estás, ¿quién te ve?”.
La visita táctil, que se realiza con un cupo e inscripción previa, fue realizada en el marco del programa TNC Accesible, que busca incorporar servicios técnicos y humanos para las personas con discapacidad visual y auditiva y para la comunidad sorda, con el fin de garantizar un disfrute igualitario.
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