La soledad del amor
Por Milagros De Luna
Chongo triste es una innovadora obra escrita y dirigida por Antonio Villa, artista plástico, dramaturgo y galerista. Si bien la pieza fue escrita a mediados de 2013, para el estreno en el Teatro Nacional Cervantes, se moldeó para encajar en los tiempos postpandémicos.
El universo ficcional se encuentra en una habitación de hotel en la árida provincia de Mendoza alrededor de los años 2000, en una aproximación a la juventud del autor. Se esconde en ella un triangulo homosexual unido por un foro, incluso antes de las aplicaciones tradicionales como Grindr o Tinder, donde todo era más oculto, escaso y sólo se utilizaban nicks.
En este contexto, se cuenta la historia de Aníbal (Sergio Boris), un personaje que vive la decadencia de su carrera, de su pareja, de su familia y por lo tanto de su producción escrita. Esta situación es escenificada en una fallida conferencia de presentación de su nuevo libro, para la cual viaja a Mendoza en compañía de un amante joven y desilusionado, Kevin (Gonzalo Bourren), atado a la relación por un vínculo dependiente y romántico. Por último, aparece Chongo triste (Cristián Jensen), según lo indica su nick, que es un “vagabundo sexual” que deambula por foros, compartiendo sus poesías que sacan a la luz aquello que los demás tienen oculto.
La experiencia comienza desde el momento en que la sala Orestes Caviglia abre sus puertas. A través del uso de las artes visuales y del espacio escénico lo material se entremezcla con lo inmaterial y la atmósfera absorbe al espectador guiado por un piano en vivo a cargo de Mikaela Herrera. Las esculturas y los cuerpos materializan las complejas relaciones entre lo corpóreo y los objetos, donde lo tangible cuenta su propia historia y representa los pensamientos humanos que buscan liberarse de su cuerpo. De este modo, la obra relata con distintos objetos que se mueven de la forma semicircular en que está representado el espacio, a cargo del escenógrafo Alfredo Dufour.
La propuesta narrativa queer intenta dar otra version de la “tradición marica” que rompe con el amor romántico y lleva a las formas más oscuras de los vínculos sexoafectivos: la infidelidad, lo no recíproco, el desamor y lo que transmuta en el tiempo por no saber poner un fin. La pieza denota lo gay y lo sexual, donde lo íntimo se vuelve público, en complicidad con el espectador. Donde se desnudan los miedos, las mentiras, la angustia y el fracaso al sacarse la máscara que cubre al deseo, además de funcionar como herramienta liberadora de la honestidad corporal.
Con las destacables actuaciones de Sergio Boris, director de Viejo sólo y puto, en el papel de Anibal, Gonzalo Bourren como el joven Kevin y Chongo Triste, interpretado por Cristián Jensen en una respresentación que, con una mirada feroz, interpela a cada espectador. Chongo triste se presenta desde el 15 de octubre en la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes, de jueves a domingos, a las 21.
Ficha técnica:
Elenco: Sergio Boris, Gonzalo Bourren, Mikaela Herrera, Cristián Jensen.
Músico detrás de escena: Julián Piñuel.
Escenografía: Alfredo Dufour.
Vestuario: Gonzalo Giacchino.
Iluminación: Jésica Montes De Oca.
Sonido y composición musical: Nicolás Gulluni.
Dramaturgia y dirección: Antonio Villa.
Producción TNC: Lucía Quintana.
Producción ejecutiva de funciones: Anabella Zarbo Colombo.
Asistente TNC: Marcelo Méndez
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