El lenguaje de los cuerpos
Actualizado: 17 nov 2022
Cada año, a comienzos de enero, más de 20 mil trabajadores golondrinas migran a Río Negro para trabajar en las chacras de peras y manzanas. A partir de este contexto, se desarrolla Golondrina Soledad, la obra exhibida en General Roca, escrita por Oscar “Tato” Cayón y dirigida por Nicolás Caminiti, el último estreno del año del TNC Produce en el país. En esta nota, las palabras del director y de la actriz protagónica, Ana Muzzin.
Por Milagros Molina y Daniel Lopez.
Ella disfruta mucho de la actuación y él, de dirigir; entonces encontraron su manera de trabajar juntos. Ana Muzzin es oriunda de Rio Negro, su padre trabajaba en un teatro llamado La Hormiga Circular, lo que hizo que ella siempre tuviera contacto con el teatro y desarrollara su gusto por actuar. Después de diferentes búsquedas y de transitar distintos lugares, estudió teatro en Bahía Blanca donde desarrolló la confianza y encontró los grupos para empezar con sus primeros proyectos. Nicolás Caminiti estudió teatro entre los 22 y 23 años también en Bahía Blanca. Cuando el teatro entró en su vida sirvió como una canalización de energía muy fuerte. Desde entonces ha estado siempre en su vida: “Nunca fue una opción que no esté”. Es el motor que lo impulsa: gran parte de sus objetivos, actividades y relaciones personales están ligados al teatro. Trabajó en distintos roles relacionados con la escenografía, la actuación, la iluminación y la gestión, lo que le aportó la experiencia que hoy le sirve en su rol como director para entender los distintos campos que componen una producción teatral.
Tras quedar seleccionada en la convocatoria de TNC Produce, Golondrina Soledad es la tercera obra que Caminiti dirige bajo la gestión de Escena Urgente, el grupo de investigación teatral creado al asentarse en el sur con Ana, su pareja, compañera y actriz protagónica. “Todo está siendo un devenir de proyectos nuevos que se van dando”, declara ella quien descubrió además, el mundo de la gestión. Este es un camino de aprendizaje y experiencias que aún está lejos de acabar. Ya han trabajado juntos en proyectos como Todo termina moviéndose o La corredora. Nicolás explica que esto los llevó a crear y perfeccionar una dinámica de trabajo muy parecida: “Los dos somos un equipo de trabajo que está muy aceitado. Es mi compañera para todas las cosas que hacemos”. La pareja trabaja distintos aspectos de la representación y el lenguaje teatral, él como director y ella como actriz. Con Golondrina Soledad esta vez no fue la excepción, presentan una narrativa que busca hablar de las interacciones humanas, pero por medio de los cuerpos y sus movimientos.
A partir de la convocatoria de TNC Produce, el dúo hizo lo propio en una búsqueda de textos locales para seleccionar con cual trabajar. El elegido, Golondrina Soledad del dramaturgo Oscar “Tato” Cayón, cuenta la historia de Soledad, una chica de Tucumán que llega a una estancia de General Roca a trabajar en la recolección de manzanas. Este escrito busca hablar de las interacciones y emociones humanas que se desarrollan respecto a la protagonista y demás personajes en dicho lugar. Partiendo de esta premisa, Caminiti marcó como objetivo llevar el imaginario de la obra mucho más allá de solo el texto “Está diciendo algo, algo que es palpable, uno incluso podría tocar lo que se está diciendo porque está muy en la superficie. Pero teníamos una necesidad, desde la dirección y de la actuación, de profundizar más allá”. En la búsqueda de comunicar las interacciones humanas, Golondrina Soledad no comunica solo con lo que cuenta, sino también con lo que muestra por medio de la corporalidad de sus actores. Los movimientos, la fragilidad y la interacción de los cuerpos son el elemento central de la obra. Esto es una forma de explorar las conductas humanas que no se encuentran en el habla sino en las reacciones. Se intenta transmitir no solo lo que ya cuenta la narración, sino además comunicar sensaciones y emociones que van más allá del escrito. De esta forma se habla de un trabajo con varias capas de interpretación. Pero además de indagar en un lenguaje más allá de lo textual, con esta forma de trabajo Caminiti declara buscar también generar fricciones y tensiones en el espectador con respecto a lo que espera ver y lo que ve realmente. A través de acciones que no son las esperadas, se trata de romper con la lógica y generar una expectativa distinta en el espectador. Esta función de subvertir lo establecido creando una disonancia con lo real es también tratado en la obra desde su escenografía y musicalización.
Uno de los desafíos de esta obra fue trabajar con más personas sobre el escenario. Como Escena Urgente, Ana y Nicolás habían trabajado en las obras anteriores solo los dos y Golondrina Soledad trajo la oportunidad de expandir el grupo de trabajo.
Trabajar la confianza entre el equipo y desarrollar la cercanía de los cuerpos rompiendo con ciertas distancias sociales fue fundamental durante la primera parte de los ensayos que duraron aproximadamente dos meses. Se trata de un lugar de experimentación como director que Caminiti dice agradecer y disfrutar mucho, un rol que deseaba desde hace ya un tiempo. Destaca que esto se haya dado dentro de un marco como es el TNC Produce, porque si bien implica atravesar la producción con las exigencias que una obra del Teatro Nacional amerita, también significa una gran contención, es un proceso de enriquecimiento que guarda con mucho cariño: “Tenes mucha gente con la cual poder liberar ciertas cosas, los trabajadores están pagos y esto hace que su predisposición al trabajo sea otra. Hay toda una logística que se pone en funcionamiento que hace que uno como director también lo pueda sortear de otra forma”.
Una de las características de las obras de Caminiti es que la trama se desarrolla en un único lugar. Esta vez las cosas suceden en la casa de la estancia. Nicolás cuenta acerca de la importancia que le da a la escenografía, buscando que esta tenga un rol activo en la actuación de los personajes en vez de uno meramente decorativo o representativo, que esté dispuesta para la actuación.
Acciones que contradicen lo establecido por la escenografía o la participación de objetos que no se encuentran físicamente en escena, llevan a romper desde lo discursivo la lógica del espacio como sitio físico, el sentido del adentro y el afuera. En vez de traer todos los objetos necesarios para construir un ambiente, Nicolás prefiere que estos se armen en la mente del espectador a través de las emociones que se ven en los personajes, se crea un imaginario que el público reinterpreta a través de observar la actuación: “Que todo sea un imaginario de la gente y que nosotros podamos hablar más de la emoción que de la imagen de la emoción”.
Otro elemento clave es la presencia del músico Marcelo Chorus en escena, que si bien no tiene relevancia visual, es un personaje más y el único que está ahí todo el tiempo: “Poner un músico en escena rompe un poco con la idea que uno lleva y genera cierta fricción. Además, a mí me servía porque tenía una persona dentro de la escena mirando la escena, palpitando la escena y musicalizando. De esta forma puede generar, desde la emoción del estar dentro de la escena, ciertos registros musicales que quizás desde la butaca no hubiesen pasado de la misma manera”.
La trama de Golondrina Soledad está vinculada con la explotación de los trabajadores y, en cierto punto, con la violencia machista; sin embargo, ambos explican que intentan hacer foco en qué le pasa a los cuerpos en esos contextos, sin pretender dar un mensaje moral. Ana expresa que prefiere transitar la lucha contra estas cuestiones en la calle y en otros lugares, dejando que el ámbito laboral teatral tenga que ver con obras y trabajos que le interesen más allá de su utilidad: “No es el camino que nosotros elegimos para trabajar sobre el patriarcado o el machismo. No es el campo que yo elijo para esas batallas. Creo que es útil pero a la vez yo no elijo hacer las cosas porque sirvan o no para esto”.
Prefieren que cada espectador interprete por sí mismo el mensaje desde lo discursivo de la obra mientras ellos se oponen a las actitudes machistas desde el lado de los detalles y la práctica. Por ejemplo, en la selección del equipo y en el intento de tener una grupalidad donde haya mujeres y varones en la misma cantidad.
Con la mirada al futuro, Ana expresa que disfrutaría mucho hacer una comedia. Nicolás afirma que siente que como director le quedan muchas cosas por desarrollar: “Todas las obras que dirigí hasta el momento las volvería a dirigir. Cada día, uno va desarrollando ciertas herramientas que hacen que se revise lo anterior y pueda volver a pasar por esos mismos textos”.
Ficha técnica - Golondrina Soledad.
Escrita por: Oscar "Tato" Cayón.
Dirección: Nicolás Caminiti.
Elenco: Ana Muzzin, Mauricio Jorquera, Laura Soledad Raiteri.
Músico en vivo: Marcelo Chorus.
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