top of page

El barco sin dirección

El ciclo Conversaciones tuvo en el centro de la charla al equipo creativo de Al estribor, obra de la ciudad de Río Cuarto, y una de las ganadoras del concurso Nuestro Teatro Federal. Mucho público cordobés se sumó al encuentro virtual con sus artistas.


Por Lucía Esteban y Alejandro Galeano


Decenas de personas entran por tandas a la reunión de Zoom, abren sus micrófonos para saludar, envían mensajes en el chat y se muestran sonrientes al encontrarse con caras conocidas. Desde la comodidad de cada casa, entre mates y cafés, el miércoles 23 de junio se vivió una nueva edición del ciclo Conversaciones del Teatro Nacional Cervantes que, en esta oportunidad, tuvo como protagonistas al elenco de la obra Al estribor, una producción cordobesa, unas de las ganadoras del concurso Nuestro Teatro Federal, en colaboración con el INT y estrenada el 4 de junio en el Cervantes Online.

El encuentro con autor, director y elenco permitió adentrarse en el proceso creativo del proyecto. "Muchas de las cosas que escribo surgen de discutir con una frase en particular, que en este caso podría ser alguna frase del sentido común", dijo Ramiro Prosperi, acerca de las motivaciones a la hora de sentarse a escribir la obra. Muchas frases de los personajes resultan conocidas, ya que forman parte de discursos que abundan en los medios masivos de comunicación. Personificados en los roles de un capitán, un contramaestre, un coach y una sirena, esos discursos del "sentido común" se ponen en tensión y en conflicto durante el desarrollo de la obra, donde cada uno intenta dar respuesta a los inconvenientes que surgen a bordo.

Durante la charla, lxs entrevistadxs dieron sus distintas opiniones sobre el proyecto e hicieron algunas reflexiones sobre “la alegoría política” que recubre la obra. Una de las escenas más comentadas fue la del final, protagonizada por la sirena que llega desde babor sorprendiendo al único tripulante que queda dentro de la embarcación, el contramaestre. En esta escena se ensaya una respuesta, una salida a la disputa de poder sobre el mando del barco, el cual, en palabras del director Jorge Varela, puede representar a “una familia, una empresa, una escuela, el mismísimo país o el mundo”. Consideró que este es el momento donde la obra estalla: la sirena llega cargada de una mala reputación por la mitología griega y la literatura marítima, pero es quien presenta “un nuevo lugar desde donde mirar la cosa”.

Lxs entrevistadxs también aprovecharon el encuentro para contar sus orígenes, recorridos y aspiraciones en el mundo del teatro. Por un lado, Nahuel Monasterio, formado en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) dijo: “Buenos Aires lo que tiene es que tiene muchas opciones ¿no? Entonces, es tentador”. Además, resaltó la importancia de poder acceder a la educación superior pública y gratuita. Si bien expuso su punto de vista, destacó que muchxs amigxs vuelven a sus provincias “con conocimientos para compartir y con muchas ganas también de hacer ahí”. Fue quien interpretó al coach en la obra y, junto a Lucrecia Varela (que interpreta a la sirena), comparten cierto recorrido similar: de Córdoba se trasladaron a Buenos Aires para continuar con su formación actoral.

En contraposición a esa postura, estuvo la del director, porteño radicado en Río Cuarto: “Me sentí pleno porque aquí pude hacer aquello que soñé en algún momento en Buenos Aires”. En esa ciudad de Córdoba, junto con su pareja, fundó el Mascaviento Teatro hace más de 15 años, sala en la que fue filmado el espectáculo. Fernando Rossaroli (que interpreta al contramaestre) también contó su recorrido: nacido en Córdoba se trasladó a Buenos Aires, donde vivió e hizo teatro hasta que decidió volver a su Río Cuarto natal para continuar con su carrera allí.

El encuentro, que culminó entre risas y recuerdos, permitió que lxs espectadores se enriquecieran y ampliaran un poco más su visión, tanto sobre la obra como sobre los distintos recorridos posibles para lxs artistas en nuestro país.




bottom of page