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Universal y atemporal

El sábado 8 de septiembre, el taller de formación docente trabajó sobre Teatro y Mitología junto al filósofo y profesor de la UBA Esteban Ierardo, quien abordó los inicios del teatro en Grecia para entrar en contacto con las artes escénicas en el presente.

Por Pía Fonseca




“Hablar de mitología supone hablar de un lenguaje que se piensa en términos de universalidad y atemporalidad”, explicó Esteban Ierardo, el especialista convocado por el TNA-TC para abordar la mitología, una de las temáticas que atraviesa la programación del teatro. El autor de Los dioses y las letras: ensayos sobre mito, paganismo y literatura; La llegada; y Sociedad pantalla. Black mirror y la tecnodependencia, entre otros, comenzó la charla con una pregunta que, en principio, todos creemos conocer de qué se trata.

“¿Qué es un mito?”, interpeló a la sala colmada de docentes, espectadores, directores, actores y periodistas, con el fin de salir de la inmediatez cotidiana y experimentar un pensamiento sensible y expresivo con una dinámica interactiva. De a poco, fluyó un leve murmullo que esbozó distintas ideas y construyó la primer respuesta clave: “Un relato creado colectivamente por la especie humana, para interpretar y ordenar una realidad exterior que le resulta peligrosa, desconocida e inabarcable”, aclaró el filósofo.

“Cuando el hombre empieza a tomar conciencia de la naturaleza que lo rodea, es decir su entorno, surge la primer necesidad vital: ordenar al mundo e interpretarlo de alguna forma para poder interactuar con él y sobrevivir”, argumentó Ierardo sobre la eficacia e importancia adaptativa que poseían los mitos para las sociedad. Y continuó con la potencia creativa que tenían esas historias imaginarias: “Muchas de las entidades que se expresan en los mitos no son visibles, provienen de la mente del hombre, son un acto de creación tribal de la especie humana”.



Ahora bien, qué anclaje tiene esto en la cultura: al tratarse de un relato narrado, el mito no solo es una primera estrategia narrativa de los seres humanos para construir su realidad, sino también “la primera expresión de narración creativa, porque apela a la imaginación” y, por lo tanto, “el antecedente de la literatura, la poesía, la novela en la cultura moderna”.









“Cuando el hombre empieza a tomar conciencia de la naturaleza que lo rodea, es decir su entorno, surge la primer necesidad vital: ordenar al mundo e interpretarlo de alguna forma para poder interactuar con él y sobrevivir”, argumentó Ierardo

Las historias, al ser entendidas y vividas como reales por esas sociedades y necesarias para ordenar el mundo, están cargadas de símbolos creados en el mismo tejido imaginativo: “Cuando las imágenes y las palabras son símbolos, abren lo encerrado en sí mismo para convertirlo en algo universal, lo que importa no es lo particular sino lo que simboliza y el efecto emocional que provoca”, analizó el invitado y ejemplificó: “En el campo teatral, lo primero que surge en paralelo al relato mítico son los ritos, es decir, el acto de llevar a la experiencia de la vida aquello que narra la historia”. Tomó dos ejemplos de la programación del TNA-TC: “Por un lado, Tiestes y Atreo que tiene como acto simbólico un banquete sacrificial y, por el otro, Enobarbo, basada en la relación de Séneca y Nerón, símbolo de la relación del hombre con el poder”, consideró en relación a la obra de Emilio García Wehbi y al próximo estreno de Osqui Guzmán programado para mediados de octubre.




Este análisis, que partió de la relación mito-rito, derivó en los orígenes de la tragedia griega, en los grandes clásicos del siglo V A.C, y en dos dioses fundamentales: Apolo, basado en una estructura racional de orden, armonía y belleza y, por otra parte, Dionisio, quien representa todas las fuerzas liberadoras de la vida, aquellas que no puedan ser contenidas en un molde armónico y ordenado. “Lo clásico griego introduce el concepto del cosmos, un mundo ordenado basado en una estructura racional; para ellos, el arte está basado en la armonía y la simetría, y es Apolo quien simboliza todo eso. Nietzsche, en El nacimiento de la tragedia, es quien rescata a Dionisio, como el símbolo de un teatro que nos eleva hacia la representación del drama humano”, explicó el filósofo en relación a los estudios del ritual que se realizaba en honor a Dionisio en primavera, en el cual el dios vuelve a nacer, morir y renacer, permitiendo así, no solo la experiencia, sino también un desdoblamiento entre el coro del rito y el público.

Durante la charla, a medida de que se nombraba autores como Artaud, Nietzsche y Ecco, los termos de agua caliente se vaciaban y los mates lavados reposaban a los costados de las sillas. Pero Ierardo no se cansaba de contar a su atento auditorio reflexiones basadas en mitos fundacionales: “¿Qué es el arte sino un intento de sacarnos de nuestro encierro y llevarnos a la experiencia universal y amplia?”, dijo para finalizar el encuentro.

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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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