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Parentescos: literatura y teatro

El sábado 1° de septiembre, el taller integral de formación docente recibió la visita de Hugo Salas, docente, escritor y crítico de cine, para hablar de literatura y teatro.

Por Mailen Maradei




¿Qué es la literatura? ¿Qué implica el concepto de literatura hoy? ¿Cuál es su relación con el teatro? Estos interrogantes se abordaron en la charla sobre teatro y literatura que dictó el escritor, crítico de cine y docente Hugo Salas.

“Se pensaba que la palabra literatura existía desde la época griega y que este concepto llega hasta la actualidad. Hoy, comprende todo un conjunto de textos que circulan e incluye libros que existen antes de la idea de literatura pero que se leen como tal y, entre ellos, el más importante es la Biblia”, comenzó a explicar Salas, quien publicó recientemente su última novela Hasta encontrar una salida, por la editorial Compañía Naviera.

“En Sagrado bosque de monstruos, el material literario funciona como un conjunto de sentidos desperdigados que se contaminan entre sí. Se dan elementos de contaminación de los géneros permanentemente”. Hugo Salas

¿Cuándo el teatro comenzó a percibirse como literatura? En la Antigüedad, el teatro consistía en un ritual que reproducía y representaba el texto dramático. Esta concepción del teatro dominó durante siglos y el texto dramático era considerado como una producción literaria.



El teatro atravesó un proceso de autonomía en el cual la representación –lo que se veía en el escenario- dejó de ser un mero reflejo del texto dramático. ¿Por qué? Porque, en el siglo XX, aparecieron otras formas de pensar la realidad escénica. Ciertos dramaturgos, llamados los maestros del siglo XX, como Stanislavski, Meyerhold y Artaud, entre otros, empezaron a deconstruir los procedimientos tradicionales del teatro que incluía pensar la representación como una transcripción o adaptación del texto dramático. “Hoy, muy poca gente definiría el teatro como una forma textual, por lo general, aparecen ideas más relacionadas a lo espectacular. Para las personas que hacen teatro, esto supone una gran conquista porque, hasta el siglo XIX, el espectáculo significaba leer lo que se iba a ver y el escenario tenía un dominio sobre la representación y sobre el espectador. Ahora, el teatro se independizó y se concibe como un espectáculo. Esta idea se terminó de consolidar en el siglo XX cuando aparecieron otras propuestas qua apuntaron a romper la ilusión teatral. Hoy, cuando el espectador es interpelado por los actores en escena, sabe que es teatro moderno. En épocas anteriores, esto era totalmente revulsivo pero hoy es totalmente burgués”, dijo Salas.

“Se pensaba que la palabra literatura existía desde la época griega y que este concepto llega hasta la actualidad. Hoy, comprende todo un conjunto de textos que circulan e incluye libros que existen antes de la idea de literatura pero que se leen como tal y, entre ellos, el más importante es la Biblia”, explicó Salas.

Este proceso también se reflejó en la literatura a través de la hibridación de los géneros. “En literatura, los géneros no se mantienen incontaminados. En la segunda mitad del siglo XX, se empezó a pensar que hay desplazamientos dentro de ella y movió elementos de un género a otro”, explicó. En este mismo período, “surgió una literatura post autónoma que abarca textos que ponen en tensión la obra literaria como texto para ser leído. Esto le ha permitido a literatura ocupar muchos espacios y también la ha dejado fuera de otros discursos”, continuó.



Mientras los docentes que estuvieron en la charla intercambiaban opiniones sobre la literatura y el teatro, Salas analizó cómo se desarrollan nociones de literatura en las obras que se estrenarán próximamente en el teatro. Por un lado, analizó Enobarbo, dirigida por Osqui Guzmán con texto del dramaturgo Alejandro Acobino: “El espectáculo transcurre en la Roma Imperial, después del suicidio de Séneca. En esta obra, se plantea la idea de literatura como archivo. En cierto modo, el texto de Acobino da por supuesto que el espectador maneja algún tipo de archivo de la Roma Imperial porque se repone muy poca información y requiere que el espectador sepa quién es Séneca y por qué murió. Acobino reorganizó ese archivo de la literatura a partir de la inestabilidad del discurso”. Por otro lado, se refirió a Las benévolas, dirigida por Laura Yusem y basada en la novela homónima escrita por el estadounidense Jonathan Littell, que trabaja sobre la literatura como condensación del texto literario.

También, se refirió al estreno de Sagrado bosque de monstruos, dirigida por Alejandro Tantanian con texto de Inés Garlando y Santiago Loza, que conecta con varios elementos del universo literario. Aparece la idea de literatura encarnada a través de la figura del sacerdote y poeta Hugo Mujica, aparece la mística, que forma parte de los estudios literarios y la fabulación, que cuestiona el límite de la literatura. “En Sagrado bosque de monstruos, el material literario funciona como un conjunto de sentidos desperdigados que se contaminan entre sí. Se dan elementos de contaminación de los géneros permanentemente”.

Además de pensar cómo dos disciplinas artísticas se pueden conectar entre sí, también sobrevoló en la charla, la perduración de la narración como un recurso presente en todos los procedimientos artísticos. “En un momento en que la literatura se volvió un juego formal donde no hay trama, sigue habiendo una idea social de que tiene que haber una historia. Esto habla de la perduración de la narración como un sistema de explicar y dar sentido”, expresó Salas como conclusión final.

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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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