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“La naturalización del mal y del horror”

Actualizado: 18 may 2018

foto por Ailen Garelli

A raíz del estreno de Tiestes y Atreo en la Sala María Guerrero, el crítico e investigador Federico Irazábal hizo un repaso por la estética de Emilio García Wehbi, director de la obra, en el marco del Taller Integral de Formación Docente.

Por Mailen Maradei


“Las obras de Emilio García Wehbi requieren un espectador creativo, en condiciones de completar los huecos que las obras diseñan”, señaló Federico Irazábal en un encuentro gratuito que organiza el área de Gestión de Públicos durante el año en torno a la programación del Cervantes.

Crítico, investigador y director artístico del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), Irazábal hizo foco en el estilo provocativo de la poética de García Wehbi que incita a repensar la realidad social. Para profundizar en el análisis, puso como ejemplo el espectáculo Los murmullos (2002), obra presentada en el Teatro San Martín, muy cuestionada por la forma en que el director problematizaba la figura de los desaparecidos de la última dictadura militar. Rosario/a, hija/o de desaparecidos, regresaba al centro de detención donde estuvo su padre para conversar con su fantasma.

“Las obras de Emilio García Wehbi requieren un espectador creativo, en condiciones de completar los huecos que las obras diseñan”, señaló Federico Irazábal

Con una propuesta polémica –García Wehbi en la dirección y Luis Cano como autor– Irazábal explicó que la obra “desnaturalizaba el tema para volverlo visible” y “le quitó la naftalina porque se puso en escena algo que no era propio del sentido común”. “Lo que se preguntaban Cano y Wehbi era qué sintieron los hijos no institucionalizados, en relación a que sus padres hayan elegido una noción de país e ideológica para militar y pelear por ella. En el clímax, se producía el encuentro de Rosario con su padre. Esa escena era álgida porque lo que se esperaba que ocurriese era ver a la hija corriendo a los brazos del padre… y pasaba lo contrario. La postura de la obra era cuestionable y cuestionadora”, opinó Irazábal, actual director de la revista Funámbulos, dedicada al teatro independiente.

Prologuista de las obras de García Wehbi, el especialista argumentó que sus obras dramáticas generan un efecto de distanciamiento a través de animalizaciones donde buscan “deshumanizar al actor y convertirlo en objeto”. Allí, se localiza la mano del titiritero que “mueve a los actores para que ‘soporten’ su discurso”. Y es donde se ve la influencia que dejó su paso por el grupo de titiriteros del Teatro San Martín y El Periférico de Objetos, que fundó junto a los directores Ana Alvarado, Daniel Veronese y Román Lamas.

Otro punto destacado que aparece en las obras de Wehbi es lo “extrañado”, es decir, aquello que a la vista parece ser algo cotidiano e inofensivo, pero que termina distorsionándose. “Hay universos extrañados pero claramente reconocibles donde la obra es pasible de tener un espacio referencial fuera del escenario. En ese sentido, no se puede pensar su discurso escindido del contexto cultural”, argumentó el crítico teatral. Estas cuestiones aparecen tanto en sus obras dramáticas y como en sus performances y, en este sentido, Irazábal destacó una intervención urbana que Wehbi realizó en 2002. Se trata del Proyecto Filoctetes en donde el director trabajó junto con el escenógrafo Norberto Laino para diseñar muñecos hiperrealistas que fueron ubicados en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires. “Esto ocurrió en pleno contexto neoliberal de la Argentina en crisis, donde los niveles de pobreza eran notoriamente altos pero todavía el uno a uno permitía a los sectores intelectuales de profesionales liberales seguir con esa condición ‘maravillosa’ de viajar un fin de semana a Miami. Lo que no se veía era lo que estaba ocurriendo en el terreno social”, comentó Irazábal sobre el contexto político donde se desarrolló la acción.

“Hay universos extrañados pero claramente reconocibles donde la obra es pasible de tener un espacio referencial fuera del escenario. En ese sentido, no se puede pensar su discurso escindido del contexto cultural”, argumentó el crítico teatral

Homeless tirados en la boca del subte, en las escaleras, junto a una pared, en medio de una plaza, en un cordón, en medio de la gente, colgados de un árbol. Homeless en todas partes. Distribuidos en puntos icónicos de la ciudad como Tribunales, el centro porteño, el Jardín Botánico, estos personajes estaban haciendo visible lo que las políticas neoliberales obviaron.

Lo elidido es lo que le interesa trabajar a García Wehbi. “Cuanto más a la vista está el mal, menos visible es para la sociedad. Wehbi trabaja sobre la naturalización del mal y del horror. De ese modo, invierte el modo como se lo suele pensar”, puntualizó el investigador.

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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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