La escenógrafa de Los establos de su majestad cuenta acerca del proceso de creación de la obra y cómo es trabajar con el apoyo del programa TNC Produce en el País.
Por Micaela Choque
Analía Quiroga no solo se destaca como escenógrafa en Los establos de su majestad sino que también es bailarina, actriz y profesora en la carrera de Diseño Escenográfico en la Universidad Nacional de Cuyo. En esta puesta, fue convocada por el director Victor Arrojo a quien acompañó en la Sala Cajamarca durante muchos años.
-¿Cómo te llega la propuesta de Victor para trabajar en este proyecto?
Trabajamos muchos años juntos porque yo pertenecía al teatro Cajamarca, fui la escenografa por ocho años hasta 2011. Después me fui formando y haciendo otras cosas de escenografía. Victor me llama en las vacaciones de julio de 2022, me comenta que está la propuesta del teatro Cervantes y si quería pertenecer al equipo. Acepté de inmediato.
-¿Cuál fue la visión escenográfica del director?
La armamos en conjunto, con toda la libertad que teníamos de proponer. A mi me gusta mucho trabajar con Victor porque te dirige muy bien; al saber lo que el director quiere es más fácil para el escenógrafo poder ir concretando. Fuimos haciendo todo juntos, como el tema de los colores de los andamios, las armas utilizadas en escena y los tachos de la curtiembre. Tuvimos la libertad de trabajar en conjunto, de manera muy cómoda.
-¿Cómo fue el proceso para armar la escenografía?
Presentamos la propuesta con un boceto muy básico de lo que queríamos. Victor es muy claro en sus ideas, te propone algo y tenés que seguirlo porque te dirige muy bien, ya sea a los actores o a los escenógrafos. Armamos una idea básica, una curtiembre, pero también queríamos dejar anclado un poco la Campaña de Desierto, esa Pampa, esa tierra. Quedamos preseleccionados entre muchas obras, tuvimos una segunda instancia pero fue más de comunicación con el Cervantes. Nos preguntaban cómo haríamos determinadas cosas si ganábamos, también el lugar de la puesta. El TNC nos pidió que cuidemos mucho la seguridad de los actores y actrices. En noviembre nos dicen que ganamos y ahí empecé a tomar dimensión de lo que estábamos emprendiendo. Tuvimos que presentar el proyecto cerrado, planos, bocetos, presupuesto, fueron días de mucho trabajo. Aprobado todo, en junio recibimos el dinero de materiales y junto a mi equipo, Marcelo Mengareli e Iliana Hipolito trabajamos ese mes de lunes a domingo.
-¿La puesta escenográfica está pensada para el teatro Independencia?
Sí, desde el primer minuto sabíamos que era el Independencia. En estas charlas que tuvimos con el TNC, nos pedían que ya tuviéramos definido el lugar, estábamos entre la sala Uno de la Nave Cultural y el Teatro Independencia. Propusimos esos lugares porque en otro lugar, por la dimensión de la escenografía, no iba a funcionar muy bien. Concretamos en el Independencia y fue todo pensado para las dimensiones de ese escenario.
-¿Cuáles fueron los desafíos de la puesta?
El desafío de los cueros fue terrible, porque no sabíamos qué material usar. En la obra tenían que aparecer cueros visualmente y el cuero cuero es carísimo, entonces investigamos mucho, hasta que llegamos a la tela polar. Luego investigamos el tipo de cuero que aparece en la curtiembre, sus colores, texturas. Hicimos mucho tratamiento con esas telas, todos los fines de semana teñí telas en mi casa, hicimos más de ciento cincuenta cueros, entre los que están en el escenario y los telones.
-¿Qué se siente trabajar para una producción del Teatro Nacional Cervantes?
Es una gratitud impresionante, de mucho alivio, fue muy lindo porque en ninguna instancia nos pusieron límites, económicos ni espaciales, fue relindo porque no estamos acostumbrados a eso, me imaginé una escenografía y la tuve. Desde que tomé dimensión del proyecto me propuse ponerle todo y disfrutar, porque lo merecía y las condiciones estaban dadas para eso. Como también es una producción provincial, contamos con la ayuda del Teatro Independencia, del Espacio Julio Le Parc que es el lugar donde ensayamos, entonces hay otro contexto, mucho disfrute.
-Resaltás la importancia de trabajar en equipo. ¿Cuál es tu rol durante los ensayos?
Es mi filosofía, al tener un poquito de actriz yo sé que es necesario que el actor y actriz trabaje sobre el material que va a usar. Esa fue mi postura desde que entendí la dimensión del proyecto. Modificamos cosas con la marcha. A mi me gusta acompañar el proceso de los actores y actrices en los ensayos, me quedo para ver si las cosas funcionan; si no es así, me las llevo y las traigo al otro día.
-Se nota la pasión y dedicación con la que has abordado esta tarea. ¿Por qué te inclinaste por la escenografía en lugar de continuar con la danza?
Me encanta lo artístico, me gusta mucho la Vendimia y entonces, a partir de esa fiesta me fui metiendo. Antes bailaba folklore, lo hice en la Vendimia; después vi las carreras de Arte del espectáculo y me gustó escenografía, no me animaba al teatro todavía pero siempre estuve relacionada con la Vendimia y los escenarios.
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