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“Hay veces que quiero decir la palabra bandoneón y me sale tango”

  • gestiondepublicos
  • 19 jul 2024
  • 5 Min. de lectura

Única música en escena en la obra Un guapo del 900, Carla “Char” Vianello es una joven bandoneonista. En esta entrevista, habla acerca del mundo tanguero, la política, el fueye y el lugar de las mujeres en un espacio tradicionalmente ocupado por varones.

Por Paloma Doti y Pilar Pisano





Sentada al costado del escenario, con el mentón en su instrumento, está apoyada Carla “Char” Vianello, la bandoneonista que da vida a Un guapo del 900 al marcar los momentos de tensión y pasión de la obra. Última puesta del clásico argentino de Samuel Eichelbaum, adaptada por Roberto Cossa, presentada en el Teatro Nacional Cervantes y dirigida por Jorge Graciosi, esta pieza es una oda a la cultura porteña y al patrimonio tanguero porque rescata la esencia de un Buenos Aires de principios del siglo XX. 

La artista, que vive en Morón, al oeste del Gran Buenos Aires, explica el desafío de traer su apodado “bandoneoncito” a una obra situada en un momento donde el bandoneón no existía: “En 1900, época de este drama, no existía el bandoneón. El tango era de organillos. Es algo que traemos jugando con el tiempo”.  

La obra transcurre en tiempos electorales y corruptos atravesados por la grieta sociopolítica ya típica de los argentinos, salpicando de sangre nuestro territorio con fusilamientos, bombardeos y desapariciones forzadas. Los momentos de traición, conflicto y lealtades profundas son los que forman al espíritu de la obra; y es la música la encargada de seguir ese ritmo: “Con la música expresás todo eso que no expresás con las palabras, con el libreto.



Es todo lo que está ahí flotando entre los personajes, todo lo que está dando vueltas como moléculas. Es un personaje más.  La síntesis es que la música está ‘entre’. Es el encuentro de las emociones”. 

Roberto “Tito” Cossa, encargado de adaptar la versión del clásico de Samuel Eichelbaum, falleció el día del estreno de la obra, lo que generó una gran conmoción entre sus colegas y el público y le dio a la función un tinte emocionante y poético: “Fue una mezcla de emociones. Sentí mucha tristeza por la pérdida. Estuvo presente todo el tiempo, estaba conectado con la obra, con el grupo, muy presente. Que se vaya, estrenando una obra en el Cervantes, es muy fuerte. Habla de que no paró nunca. Le dio una cosa ceremonial a algo que ya es una ceremonia y un ritual: hacer teatro”. 


Es particular la forma en la que el instrumento se hace presente en la escena. La artista cuenta algunos secretos de ese detrás de bambalinas para hacer que el sonido del instrumento sea más potente aún. “Tengo los mismos micrófonos que usan los actores y actrices como cápsula pero yo los tengo pegados en el cuerpo, uno en cada mano, una en la mano derecha para que también agarre la respiración que es muy importante que se escuche”, dice sobre la forma en que el instrumento puede sonar en toda la sala. 

Después de tocar, Carla hace pausas. Descansa ella y descansa el instrumento. “Este instrumento respira. El fueye es eso, son como las branquias, los músculos intercostales que tenemos nosotros. Cuando abrís, cargás aire, respira, y cuando cerrás, largás el aire.  Algunas notas suenan de una manera abriendo y cerrando de otra”, dice la música que cuida a su instrumento con entrega. Hay una conexión, una relación entre ella y el objeto. “El instrumento es de 1930 - 1927, tiene casi 100 años. Solo tuve este”, cuenta.

Vianello, al indagar sobre el acordeón y su rol en la cultura argentina, reflexiona sobre su propia conexión con el instrumento de viento: “Quizás se trata de cuestiones inconscientes familiares: tengo un tío retanguero, me habrá llegado por ese lado. Es un instrumento que migró. Tiene que ver con mi historia familiar: escaparse de situaciones como la guerra, venir y tener que generar nuevas raíces acá. Ahí nos tocamos con el bandoneoncito. También tiene que ver con la respiración: yo soy asmática. Es un instrumento que respira. Esos puntos existen entre nuestras historias y nuestras maneras de vivir con el instrumento”.


Aún al definir al bandoneón como un instrumento “libre, como una guitarra”, durante el encuentro, al querer decir la palabra “tango” la artista solía  confundirla con bandoneón. “Es un instrumento que está pegadisimo al tango: hay veces que quiero decir la palabra bandoneón y me sale tango.  Soy urbana: En cómo hablo y cómo camino está esa identidad. Mi tonada es tanguera. Pero no me dedico a tocar el tango. Podés tocar rock, folklore, progresivo. Yo trabajo con teatro, con danza, con contemporáneo.



Quizás es otro el uso que le doy. A mi me encanta -subraya-, trabajar con música para escenas de danza o de teatro. Es estar ahí,  atenta a todo lo que está pasando.”

En cuanto al rol del instrumento en la sociedad actual, Carla indica que no es fácil hacer música en un contexto de invisibilización: “Mujeres bandoneonistas, hay un montón. Las mujeres y personas no binaries, trans o travestis tienen todo su camino invisibilizado. En la cultura, en la ciencia, en todos nuestros lugares, en los espacios de transformación. Pero existimos, somos un montón. En Un guapo del 900, hay una sola persona haciendo música en el escenario, una sola persona tocando el bandoneón y es una mujer. Y estoy caracterizada medio “guape”, no binarie, medio andrógina”.

En este sentido, la unión entre el arte y la política le parece fundamental: “El arte es poder poner a la vista cosas invisibles. Desde sus distintas disciplinas y lenguajes, el arte habilita a eso. Da forma a cosas que una imagina que podrían suceder. Ante un mundo con leyes que no son las que queremos, con el arte se pueden imaginar otros mundos posibles”. Por eso, considera elemental defender la cultura de cualquier política que vaya en detrimento de esta: “Hay algo que nos distingue, donde nos separamos del reino animal: podemos transformar. De alguna manera, lo cultural es lo que nos hace seres humanos. La vida nuestra no se limita solamente a lo biológico, para ser humanos en nuestra mayor potencia necesitamos eso que pusimos de nombre cultura”. 



 

FICHA TÉCNICA 

Un guapo del 900 

Dramaturgia: Samuel Eichelbaum / Adaptación: Roberto Tito Cossa / Actúan: Juan Manuel Correa, Patricia Durán, Gabriel Fernandez, Celeste García Satur, Darío Levy, Miguel Sorrentino / Vestuario: Maria Armentano / Escenografía: Alejandro Mateo / Música en escena: Carla Char Vianello / Música original: Mariano Cossa / Iluminación: Horacio Novelle / Asistencia de dirección TNC: Marcelo Mendez, Alejandro Pellegrino / Producción TNC: Silvia Oleksikiw, Anabella Iara Zarbo Colombo / Coreografía: Mecha Fernández / Dirección musical: Mariano Cossa / Dirección: Jorge Graciosi.


 
 
 

1 Comment


Unknown member
Aug 01, 2024

Hermosa entrevista, hermosa Charlot💖❤️

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