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Una fiesta estallada de verdes

Se entregaron los clásicos premios María Guerrero que otorga la Asociación de Amigos del TNA – TC. Una noche donde los simbólicos pañuelos fueron protagonistas.


Por Nicolás Santiago y Pía Fonseca








Pasadas las seis de la tarde la nueva fachada del único teatro nacional argentino comenzaba a recibir a los primeros invitados a la clásica ceremonia de los premios María Guerrero. Sacos, tapados, ponchos y camperas dieron vueltas por la entrada de la calle Libertad el martes 7 de agosto. Poco antes de las siete, el hall principal ya estaba preparado para el desfile de personas. Graciela Dufau y Hugo Urquijo fueron de los primeros en llegar. “Estoy feliz de recibir un premio por haberle dedicado 55 años de mi vida al teatro”, comentó la actriz y destacó que en unos días se cumplen 30 años del estreno de Diatriba de amor contra un hombre sentado, en el Teatro Cervantes, una de las obras más importantes de su carrera: “Aquella que me dedicó Gabriel García Márquez”, expresó emocionada.


De a poco, el espacio previo a la entrada de la mítica sala María Guerrero parecía achicarse. En medio de todas las personas que iban llegando asomaba, casi tímidamente, uno de los emblemas del teatro argentino: Claudia Lapacó, actriz citada para entregar el premio a la mejor actriz protagónica de 2017.

Un juego de luces en el hall del teatro dio la señal esperada por todos para ingresar a sala. La ceremonia comenzó minutos después de lo anunciado con una cálida bienvenida a cargo de Martín Wullich, tradicional conductor del premio. Miguel Ángel Solá, nominado en esta ocasión por su papel en Doble o nada, y Marilú Marini fueron los encargados de leer textos acerca del teatro, antes de iniciar con las premiaciones. Pero no fueron los únicos. Nora Duek, presidenta de la Asociación Amigos del TNA – TC, también tuvo sus minutos para dar un emotivo discurso con anuncio incluido: luego de 24 años, la comisión actual deja su cargo. “Me voy contenta. Sabemos que hicimos una bueno obra”, resumió Duek quien también agradeció el trabajo de los jurados del premio.


Otro de los momentos importantes fue la entrega de los premios especiales. Hernán Matorra y Santiago Otero Ramos fueron reconocidos por sus interpretaciones en Asesinato para dos mientras que Juan Rodó recibió una mención especial por su trayectoria en la comedia musical. Otra de las menciones por su labor teatral fue para César Brie, que fue ecibida por su mujer. La distinción Lydè Lisant, que lleva el nombre de la actriz que creó el premio María Guerrero en 1986, fue para el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín por sus 40 años de actividad.


El momento musical de la noche fue uno de los más aplaudidos por el público. Julia Zenko cantó, con el pañuelo de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito, dos temas que no pasaron inadvertidos: “Como la cigarra” y “Honrar la vida”, canciones que, como después anunció, fueron compuestas por mujeres. A medida que los acordes avanzaban los aplausos no perdían intensidad, y ese pañuelo verde se alzó alto en la mano de la actriz y cantante para que viajara de un lado al otro alentado por aplausos que no cesaban.


La noche continuó con dos premios muy celebrados: los de la trayectoria a Manuel Iedvabni y Graciela Dufau que agradecieron emocionados el reconocimiento. Y la actriz no dudó en cerrar su discurso con una frase que fue el común denominador de la noche: “¡Que sea ley!”


Después de la entrega de los tres premios revelación, comenzaron las diez ternas que destacaron a lo mejor del teatro en 2017. En la previa, Juegos de amor y de guerra, de Gonzalo Demaría, y Abandonemos toda esperanza, sobre textos de Florencio Sánchez, eran las obras más nominadas con cinco y cuatro ternas respectivamente. Pero la post entrega dejó un escenario distinto. Hubo cuatro obras que se llevaron dos premios y otras dos, un María Guerrero.


Dashua logró quedarse con la única nominación que tenía. Ganó el rubro Iluminación, a cargo de Omar Pacheco. Vestuario, por su parte, fue una de las ternas en la que venció Abandonemos toda esperanza, gracias a la labor de Jessica Menéndez. La escenografía fue para Ariel Vaccaro por su trabajo en El Padre. La música original en esta ocasión fue para el trío artístico de Yo, Encarnación Ezcurra, obra que también ganó en una de las categorías más importantes: Autor/a argentino/a que en este caso fue Cristina Escofet, quien subió a recibir su premio más que sorprendida pero con una idea clara previo a un día bisagra para la mujer: “Somos dueñas del territorio de nuestro cuerpo”, exclamó antes de bajar del escenario.


En los rubros de actuación de reparto, las dos obras más nominadas ganaron la terna. Lorena Szekely fue reconocida por su actuación en Abandonemos toda esperanza y cerró su discurso con la expresión de un deseo: “¡Que mañana sea ley!”. Por su parte Sebastián Holz fue elegido como mejor actor de reparto por Juegos de amor y de guerra.


Este año un nuevo director fue reconocido por su trabajo durante 2017. Marcelo Velázquez fue otro de los sorprendidos al subir a recibir su reconocimiento por la dirección en El Padre: “Es la primera vez que me toca y fue una grata sorpresa. Uno no está esperando las nominaciones y los premios para poder proyectar, lo que querés es seguir haciendo teatro, pero esto es un complemento muy lindo que impulsa y estimula a seguir”, comentó a la salida del teatro.


Para el final de la entrega quedaron dos de las ternas más peleadas de la noche. Primero se definió el ganador al premio a mejor actor protagónico que se lo llevó Hugo Arana, uno de los más aplaudidos de la ceremonia. Agradeció al equipo de Todas las rayuelas, obra por la que ganó, y al público por acercarse al teatro en una época donde dice que entre comprar un tomate o una entrada, la gente tiene que comprar el tomate, en clara referencia a la crisis económica actual.


Y así, cerca de las nueve de la noche, la terna final se daba a conocer. El premio a la actriz protagónica fue para Luisa Kuliok por su personaje en Juegos de amor y de guerra. La actriz agradeció la decisión de que la última terna de la noche tenga que ver con la presencia femenina y también fue la encargada del discurso más fuerte en cuanto a la inminente votación en el Senado de la Nación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo: “Nos están mirando. Vamos a seguir adelante mostrando los caminos. Que se vote la ley y que podamos decidir sobre nuestra dignidad. Basta de hipocresía”, exclamaba la actriz mientras se veía el pañuelo verde sobre su vestido. Sin duda, la noche de los María Guerrero fue la excusa para hablar de lo que venía, un verde imparable como el teatro mismo.

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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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