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‘’Tiestes Y Atreo’’, relación compleja con el espectador

Actualizado: 21 may 2018


foto por Ailen Garelli

A partir de la tragedia de Séneca, Emilio García Wehbi estrenó su nuevo espectáculo que construye un diálogo provocativo con el espectador. Esas repercusiones cobran vida en estas líneas.

Por Joaquín Fioroni, Pía Fonseca y Michelle Fleischer



Resuena un leve murmullo por la calle Libertad, a la salida del Teatro Nacional Cervantes, los días en que se desarrollan las funciones de Tiestes y Atreo, de Emilio García Wehbi. Es que el consagrado director le da al público mucho de qué hablar o, por lo menos, su “ tragedia actual, profunda y revulsiva no pasará desapercibida”, como analiza la periodista Guadalupe Farina en el portal web Revista Meta. (http://www.revistameta.com.ar/archivos/20929).

Natalia es diseñadora multimedia, tiene 36 años y sintió un “impacto sonoro y visual descomunal y nunca antes visto”. En cambio José, actor y director de 56, comentó que no encontró la “verdad escénica” y le resultó “revulsivo”, pero no como un elogio ni una celebración a la provocación, sino como “algo irrespetuoso”.

El día del estreno acudió un público bastante variado a la sala María Guerrero, en una interesante mezcla de personas de todas las edades. Si bien es cierto lo que comenta en una entrevista para la revista Almagro la actriz Analía Couceyro, intérprete de Tiestes y Atreo, sobre la intención de la gestión de Tantanian en bajar la edad promedio de los espectadores, aún no se instaló un estilo de público específico (http://almagrorevista.com.ar/analia-couceyro-cuando-teatro-esta-vivo-virus-se-contagia/). Por lo tanto, acude un híbrido de generaciones que recepciona de manera muy diversa las obras que se presentan. Este el caso de Natalia Dominici y José Toccalino. Natalia es diseñadora multimedia, tiene 36 años y sintió un “impacto sonoro y visual descomunal y nunca antes visto”. En cambio José, actor y director de 56, comentó que no encontró la “verdad escénica” y le resultó “revulsivo”, pero no como un elogio ni una celebración a la provocación, sino como “algo irrespetuoso”.

Si de indagar en mentes ajenas se trata, dos variables marcan el timing mental de los espectadores: los acalorados aplausos finales, por un lado, y los escandalosos y sobreactuados levantamientos de butaca a mitad de la función, por otro. ¿Es ésto lo que busca García Wehbi en cuanto a la reacción de los demás? ¿Levantarse de la butaca es dejarse ganar la pulseada por la irreverencia y provocación wehbiana? ¿Tiestes y Atreo apunta al aplauso snob o la repulsión ortodoxa?

“La gente va a ver algo de García Wehbi con una presunción”, consideró el director en una entrevista para La Nación, y algo de verdad tiene desde la perspectiva de algunos espectadores que siguen el trabajo del director y que después de ver la obra declararon: “La obra contiene complejidades particulares y por eso, antes de ir a verla, preferimos informarnos acerca del mito de Séneca. García Wehbi es muy consciente de lo que genera como artista y del público que lo conoce, es por ello que con este montaje está intentando encontrar un escape”. De hecho, en la entrevista antes mencionada, Wehbi explicó que está tratando de correrse como creador de su lugar esperable y, también, al público de sus horizontes de expectativas acerca de qué esperar de una obra suya. (https://www.lanacion.com.ar/2130839-emilio-garcia-wehbi-un-clasico-es-clasico-porque-asume-rabiosa-contemporaneidad/amp/2130839)

“La gente va a ver algo de García Wehbi con una presunción”, consideró el director

En resumen, es posible que el acceso al estilo de teatro que propone el director no sea para cualquiera. Las opciones para los espectadores son informarse y prepararse antes de asistir al espectáculo, trabajar con sentidos posibles a partir de la propia experiencia si no se tienen las claves estéticas del espectáculo o enojarse y retirarse por sus propios medios. Hasta el momento, las tres reacciones ocurren: el espectador informado, el que no sabe con lo que se va a encontrar y se lleva sorpresas (positivas o negativas) y el valiente que se anima a levantarse de la butaca e irse si no está a gusto. De todas forma, hay algo en lo que todos ellos y la crítica están de acuerdo: denominar “Arte” con mayúsculas a su teatro.


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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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