top of page
  • Foto del escritortramoya 2.0

Listas para despegar

Actualizado: 8 jun 2018

Entrevistas a Mercedes Queijeiro, Jazmín Salazar, Mia Savignano, Lola Seglin Y Aymará Abramovich


Por Emiliana di Pasquo





Las niñas y la tragedia

La actriz, directora y docente Aymará Abramovich es la coach de las cuatro niñas en Tiestes y Atreo. En esta entrevista, cuenta cómo fue la experiencia.




¿Cómo fue el proceso de entendimiento y aprehensión del texto con las nenas?

Primero hicimos un trabajo de mesa, una lectura en la cual esperaba escuchar lo que escuché: un niño leyendo algo completamente desconocido. Les pregunté cuáles eran las palabras que no conocían; yo ya había subrayado todo aquello que podía resultarles ajeno a su edad. Empezamos haciendo una introducción para intercambiar ideas sobre de qué trata la obra, qué es lo que estas niñas están contando y, en base a eso, hicimos una limpieza; volvimos a leer el texto y fuimos encontrando un significado a cada frase. Hay algunas formas de escritura que todavía ellas no vieron en el colegio. Ese fue uno de los trabajos más arduos que hicimos, trabajar en los puntos, comas, pronunciación, además del entendimiento del texto, por supuesto. Lo entienden a su manera, no llegan a la comprensión que tiene un adulto pero tampoco buscábamos eso: ellas tienen que hacer de nenas que dicen estos textos y fuimos encontrando una verdad en cada frase. Hay textos que se sacaron porque vimos que eran demasiado pesados para ellas y que al final no valía la pena poner cosas que ellas no comprendieran. Elegimos el material que fuera más verdadero en la interpretación.


¿Es la primera vez que trabajás con niños en este tipo de obras?

Siempre trabajé con chicos con materiales infantiles. En este caso, está como en el medio, porque son niñas, no quieren ser otra cosa. Eso es importante, no se disfrazan de adultos. Son nenas que se paran en el escenario como nenas.


¿Cómo se trabajó en la composición de los personajes?

No hacemos composición de personajes porque García Wehbi no trabaja así. Son actrices que hacen soliloquios que dialogan con el público. Es su manera de trabajo y convicción sobre el teatro. Son monólogos a público, para dialogar con un otro, todo pasa por la mirada del espectador. El público forma parte de la obra. No trabajamos personajes sino formas de decir, pensamos qué es lo que las atraviesa como, por ejemplo, el cansancio, la desaparición… Estas niñas elaboraron una manera de vivir por encima de toda esta fagocitación que tienen los padres hacia sus hijos. El lenguaje de Emilio es trabajar de cierta manera para que varios signos se crucen entre sí. Construimos maneras de estar, de transitar y de decir. Las primeras que hablan son ellas, el primer mundo que aparece y es entre el público y ellas.


¿Cómo fue la participación de los padres?

Lo primero que decidí fue que los padres no estuvieran en la sala de ensayos. Teníamos que probar cosas entre nosotros y no quería que hubiera vergüenza o pudor. Por suerte, accedieron. A medida que nos fuimos acercando a las etapas finales, donde los textos tenían que estar aprendidos, sí les fui pidiendo que cuando las niñas repasen verifiquen estén paradas con buena postura, que hagan ejercicios de articulación. También, desde un primer momento, les fui aclarando que íbamos a insultar, a decir ciertas palabras pero, por suerte, todos participaron muy bien, son unos fenómenos.




Cuatro niñas se insultan

En Tiestes y Atreo, de Emilio García Wehbi, se destacan cuatro nenas super actrices. Ellas son Mercedes Queijeiro, Jazmín Salazar, Mia Savignano y Lola Seglin. En el camarín, rato antes de salir a la María Guerrero, Tramoya 2.0 conversó acerca de su trabajo.




¿Acaso no son las malas palabras en boca de los hijos uno de los motivos de castigo paterno? Pero, ¿está tan mal? ¿Cuándo un insulto pierde su efecto? ¿Nos acostumbramos a escucharlos? ¿Los escondemos? ¿Qué pasa cuando un chico insulta?

Estas son algunas de las incógnitas que se presentan en Tiestes y Atreo cuando vemos a estas cuatro niñas entrar al escenario. Mercedes Queijeiro, Jazmín Salazar, Mia Savignano y Lola Seglin son las encargadas de transportarnos a un plano paralelo a la realidad, donde los miedos parecen estar completamente superados. Cuatro niñas ante las sombras de los adultos. Cuatro niñas que, sin dejar de ser niñas, interpretan un texto que, a partir de distintas sensaciones y sentidos, acorta la distancia entre la niñez y el entendimiento de la realidad.

La obra de Emilio García Wehbi siempre nos sumerge en juegos y mundos donde coexisten códigos distintos. En este caso, decide contarnos la primera parte de Tiestes y Atreo con cuatro actrices de entre 10 y 13 años que, vestidas de azafatas, vienen a anunciar que hay que estar preparado para la llegada de turbulencias.

“La audición fue en dos días y una semana después nos avisaron que quedamos”, cuenta Jazmín quien, junto con Lola, Mía y Mercedes, toma clases en el estudio de la directora y docente Nora Moseinco. El proceso de audición consistió en la lectura de un texto en donde se tomaron en cuenta tanto la interpretación como la pronunciación. “Fue una linda experiencia de casting. Había palabras raras, teníamos que concentrarnos mucho”, dice Mercedes.

Las cuatro coinciden, entre risas, que fue muy divertido todo el proceso, desde la selección hasta los ensayos. Los juegos fueron el camino para conocerse mejor y para aproximarse a la obra. “El primer día jugamos a la mancha”, dice Lola. Con carita pícara, Mercedes agrega que lo primero que aprendieron fueron los insultos. “Escribimos una lista enorme de insultos, muchos de los que están en la obra los inventamos nosotras”, cuenta Mía que está segura de que estas cuatro, las de Tiestes y Atreo, son chicas fuertes.

“Sí, son valientes –agrega Mercedes–. Vienen de un pasado trágico, vivieron cosas feas. Tenían padres que las insultaban, las trataban mal y ahora ya no les importa.” Para Jazmín, lograron superar todo su sufrimiento: “Ya no son esas nenas que lloraban”.

Ellas también son valientes y no las asustan las pesadillas. O, al menos, ya se acostumbraron, según cuenta Mía: “La primera vez que vi a los monstruos me asusté pero después entendí que teníamos que reírnos de eso”.

Cuando se probaron el vestuario, surgieron varias dudas: ¿cómo moverse con esa ropa? ¿cómo era posible que un azafata le pegara a un monstruo? Pero, poco a poco, entendieron las razones de esa decisión. “Es interesante que el escenario esté muy sucio y nosotras tan limpias”, observa Jazmín.

“Me encantan las funciones”, dice Mía que no duda en contar que “a Emilio lo queremos mucho y él nos quiere a nosotras, es muy simpático”. Para Jazmín, la mayor del grupo, fue una gran sorpresa: “Leyendo cualquiera de sus obras, me imaginé a una persona completamente distinta, me encantó conocerlo”.

-¿Cuál es su momento favorito de la obra?

-¡Cuando nos insultamos! –responden las cuatro–. En esa parte estamos todas concentradas, hablando al mismo tiempo. Nos destacamos juntas.

361 visualizaciones

JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

bottom of page