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“La obra te invita a pensar”

Actualizado: 28 jun 2018

Santiago Otero Ramos protagoniza El hombre que perdió su sombra, espectáculo para toda la familia basado en La maravillosa historia de Peter Schlemihl, de Adelbert Von Chamisso, dirigido por Eleonora Comelli y Johanna Wilhelm, que puede verse los fines de semana a las 15 en la sala María Guerrero.


Por Emiliana di Pasquo





Actor, músico y compositor, Santiago Otero Ramos es una figura muy convocada en la escena teatral de 2018. Es autor de la música original de Las mujeres de Superman y el director musical de Con el alma aferrada; y actúa en Los martes, orquídeas (versión teatral de la conocida película), en Asesinato para dos (musical ganador del Hugo de Oro el año pasado) y, por primera vez, en el Teatro Nacional Cervantes donde encarna a Peter, el protagonista de El hombre que perdió su sombra, una experiencia nueva con una propuesta que no educar sino, dice, hace pensar.


¿Cómo fue el proceso de creación de la obra?

El espectáculo se fue construyendo a medida que avanzaban los ensayos, no es un material que ya vino cerrado. Las directoras nos mostraron la técnica de las retroproyecciones y la forma de generar este mundo que, desde un principio, me conquistó y fascinó. El cuento es bello y tiene una riqueza de valores y de cuestiones que hoy en día están un poco perdidas. Me parece un clásico hermoso de volver a contar, con estas nuevas formas innovadoras para que el público lo pueda ver de otra manera.


¿Y el de tu personaje?

Fue cuestión de aprender a trabajar con ciertas limitaciones. Nosotros sabíamos que este personaje, en esta puesta en particular, tenía que ser pensado para que atrás de una pantalla hubiera otra persona reproduciendo lo que estoy haciendo adelante. No podía tener mucha libertad de movimiento o agregarle espontaneidad a cada función, ya que la otra persona no puede sentirlo ni verlo. Para todos esos momentos la creación fue muy coreográfica. Este personaje tiene la mecanicidad de las retroproyecciones que, a la vez, son recortes y se llega a una lógica estética común que realmente se logró y funciona. Es interesante el contraste entre la ingenuidad y pureza de Peter con la gran producción que hay detrás, tanto en escenografía, como en vestuario y maquillaje. Peter a la vez es héroe y antihéroe, que es algo que vivimos y nos compete a todos. Es una especie de cómic humanizado que tiene los conflictos que tiene cualquier persona. Me pareció muy lindo de transitar.


¿Qué lugar ocupa la creación de voces en tu personaje?

Hay algo del cuento que cita a muchos personajes. Las sombras que se ven en las retroproyecciones no son parte del cuento sino de la vivencia de Peter y cada uno tiene una voz determinada. Cada voz te cuenta un montón, te dice cómo es el personaje. Por otro lado, Peter a la vez es relator y personaje. Por momentos vive la escena y por otros, se sale del cuento. Son dos mundos completamente diferentes de los que hay que entrar y salir todo el tiempo.



A pesar de ser un espectáculo pensado para los niñxs, ¿creés que la obra les habla a los adultos?

Sí. Es una obra tanto para niños como para adultos. Es como El Principito, porque sus interpretaciones pueden variar dependiendo la edad que tengas cuando lo lees. No deja de ser un cuento para niños pero a los 20 o 25 años, quizá lo interpretás a partir de distintas situaciones que vivimos en el cotidiano. Lo lindo es eso: uno puede ver la misma cosa de diferentes maneras a través del tiempo y el material es el mismo. Las pasiones y los valores son los mismos.


¿Qué pensás que se llevan los niñxs de la obra?

Cuando terminan las funciones salimos y vamos a ver a los chicos. Siempre les pregunto qué es lo que más les gustó y generalmente responden que fue el momento en el que Peter recuperó su sombra. Quizá no entendieron toda la obra pero hay algo importante que entienden y es que él tenía que recuperar su sombra. Eso puede traducirse en entender cuán valioso es eso que tenemos. Tal vez un niño no lleva la obra a un nivel de profundidad y entendimiento como lo llevaría un adulto pero hay algo que le va a quedar clarísimo: lo que era más importante para Peter lo perdió. La obra habla de valores y, al menos, remarca algo importante: pensar antes de hacer.


¿A qué sombras hace referencia la obra?

Nosotros no quisimos darle una entidad definida a la sombra porque, justamente, hay algo poético en el planteo que deja pensando al espectador y que no se dirige a una única respuesta. Lo dejamos abierto. Habla de cada una de esas cosas que nosotros consideramos que son lo más valioso que tenemos. Creo que desde ese lugar uno construye qué es su propia sombra. Si es que existe el talento como tal, todos lo tenemos, todos tenemos virtudes. Entonces, ¿qué es lo más preciado que perdiste?: tu sombra. Todos podemos darle un significado personal a eso. Está bueno que esté abierto porque cada quien decide qué es lo que puede llegar a perder si se embarca en una idea ambiciosa o desesperada. Está bueno plantear la idea de que el espectador piense. Ver a la distancia un espectador pensando ya me tranquiliza. Una sociedad pensando me deja tranquilo.


¿Cómo es pisar un escenario como el Cervantes?

Me llena de orgullo. Es una suerte que no mucha gente tiene. Es el único Teatro Nacional que tenemos. Es “el” Teatro Nacional, lo cual es un poco preocupante en un lugar como la Argentina, un país lleno de propuestas teatrales. Poder pisarlo es la gloria. Trabajo con una cantidad de gente acá adentro que ama profundamente el teatro (éste en particular) y están en cada detalle. Cuidan el espectáculo y a cada persona con mucha delicadeza. Es hermoso venir a trabajar. Me tocó un equipo de lujo, profesionales que aman lo que hacen. Te dan ganas de venir todos los días a hacer función. Siento que a los trabajadores y trabajadoras del Cervantes les encanta la obra y están muy involucrados. Eso me hace feliz.


¿Qué pensás del teatro para toda la familia en Buenos Aires? ¿Subestima un poco a los niñxs?

No puedo generalizar. Si veo cosas en las que considero que subestiman a los niños pero también veo El hombre que perdió su sombra o el año pasado Cyrano del más acá y me parece que no. La respuesta te la dan los niños. Ellos mandan. No podemos definir cómo son los chicos, es un público muy difícil de analizar, creo que me están analizando ellos. Creer que entendemos algo de los chicos es peligroso, es condicionarlos. Creemos que entendemos pero ellos van a decidir cómo es el tema. Cuando un nene siente que lo tratan de tonto, entonces sí, lo están subestimando. Quizá hay cierto teatro llamado “infantil” que quiere enseñar o dar clase. El hombre que perdió su sombra no baja línea, no educa. Te dice “che, pensá” y eso es lo valioso. Te enseña que con lo que tenés, podés.

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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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