El sábado 7 de julio, el taller de formación docente abordó la poética de Beatriz Catani, autora y directora de Cosas como si nunca.
Por Pía Fonseca
“El cruce de las disciplinas es un punto ineludible en el teatro contemporáneo”, expresó la docente y mediadora cultural Aimé Pansera, durante la jornada del Taller de Formación Docente del TNA - TC sobre Cosas como si nunca, la reciente creación de la directora y dramaturga Beatriz Catani. A pesar de la lluvia y del frío, un grupo de 25 personas se acercó al teatro para pensar las formas en que Catani cruza los distintos relatos sobre la fundación de la literatura nacional. “Cuando salí de ver Cosas como si nunca pensé: me perdí la mitad de la obra”, comentó la directora Marcia Rago, una de las presentes al taller, y agregó: “Tengo que elegir qué ver y asumir que cuando elija me pierdo algo porque el espectáculo va en contra de la percepción unificada”.
La sensación que percibió Rago no es muy distinta a la de cualquier espectador. Si bien el argumento parece sencillo, la manera en que la obra cuenta ese relato presenta una enorme dificultad. Para narrar cómo una actriz cautiva, que es adoptada por un alemán que pinta el paisaje de la llanura pampeana, se encuentra en la dicotomía de si incorporar las costumbres “salvajes” o seguir recitando a Shakespeare en el desierto, Catani elige proyectar una película de época ambientada en San Juan, durante la hora que dura el espectáculo, a lo que le superpone parlamentos muy poéticos enunciados por los mismos actores de distintas formas, como la voz en off, la diversidad de idiomas o la fonomímica y que remiten a la literatura gauchesca, en la que se pueden encontrar fragmentos del Martín fierro o del Facundo.
“La alternancia de las voces sumada a la película, a la musicalización y a la disposición del espacio provoca en el espectador cierta dificultad: no sabe dónde ubicarse ni qué mirar”, analizó Juan Pablo Gómez, dramaturgo, director teatral y coordinador de los talleres de Formación Docente junto con Aimé Pansera. “El teatro contemporáneo trabaja con la idea de que la obra observa al espectador porque obliga a tomar conciencia del acto performativo o de elección que el público debe realizar al mirar”, agregó. Los elementos de Cosas como si nunca interactúan e interpelan al espectador sin una coherencia clara y definida. “La mezcla de los diferentes lenguajes artísticos pone en suspenso y demora la asignación de sentido”, analizó Gómez y remarcó, al final del encuentro, que “para reconstruir la obra, cada uno selecciona y valora qué le parece importante de ese relato”.
