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La fuerza de la palabra

Los cinco protagonistas de Cosas como si nunca, la nueva obra de la directora Beatriz Catani, charlaron sobre sus trabajos en una obra donde el decir no pasa desapercibido.

Por Nicolás Santiago





Las luces de las salas marcan el final de la función. Unos segundos de silencio alcanzan para que los aplausos tomen envión. El lugar se vacía de público pero no de intérpretes. Ellos siguen ahí porque la historia sigue ahí. Ellos son Gabriela Ditisheim, Trinidad Falco, Juan Manuel Unzaga, Agustín Salzano y Ramiro Mansilla Pons, los protagonistas de Cosas como si nunca, de Beatriz Catani, donde el hecho teatral “vivo” comparte lugar con el arte de lo audiovisual.

La nueva obra de la directora platense cuenta una historia cruzada. Una historia en dos planos que siempre se tocan. Con el recurso de lo fílmico avanza una trama adaptada a la etapa prefundacional de la nación pero que siempre dialoga con el presente.

Algunos de los actores trabajan con Catani hace mucho tiempo y por eso reconocen una forma de trabajo propia de la directora que en esta oportunidad llega al TNA –TC en ese rol. Así lo remarca Unzaga: “Trabajo con Beatriz hace muchos años. Un poco lo que se muestra es el proceso que fui viviendo con ella en ese tiempo. Venimos hace rato con el tema de los ‘decires’, la voz como un elemento importante de escena, el cuerpo y la voz como parte de ese cuerpo”. En la misma línea se encuentra Falco: “Ya había trabajado en otra obra en la que también se había requerido de filmar una parte. Después está el proceso de acoplarse a esa película, en este caso empezamos a ensayar antes de filmar; entonces, la investigación empezó más desde nosotros contando esa historia y suponiendo una pantalla que todavía no existía y ni siquiera sabíamos cuáles iban a ser los planos”. La experiencia de Ditisheim es distinta. Ella fue la última en integrarse al elenco y nunca había trabajado con Catani: “En los primeros ensayos me pareció todo novedoso, no había leído la obra. Me encantó la propuesta de ella de tomar la voz sin importar el género, no importa si soy mujer o si soy hombre, es más la fuerza de la palabra”.

En Cosas como si nunca, los sonidos y la música tienen un rol clave y los encargados de llevarlos adelante lo saben. “El uso de la voz en off, la idea del doblaje es un interés bastante particular de Beatriz. Es algo que hemos conversado mucho con ella: la capacidad expresiva de la voz. A veces, despegado eso del cuerpo, hay un interés muy fuerte en lo discursivo y en lo organizativo”, cuenta Mansilla Pons, músico en escena. Pero rápidamente Salzano, encargado del sonido en vivo, completa: “Después en el discurso todo fluye, pasa otra cosa. Es la voz en primer lugar y la música, el sonido y las voces en off van siendo el soporte”.

El cruce de lenguajes que plantea la obra estrenada en la sala Luisa Vehil requiere de detalles y precisiones. En ese sentido Mansilla Pons vuelve a ser muy claro: “Algo que me gusta del trabajo de Beatriz es que es muy detallista en cómo tienen que ser los sonidos. Esto por ahí en otras experiencias es dejado un poco de lado. Beatriz es hasta en el extremo detallista acerca de cómo tienen que ser las cosas. Es algo que a mí me parece loable, hay una preocupación sobre cómo suena”.

Con un proceso de ensayos muy largo, más los viajes y grabaciones para la obra, los encargados de llevarla a escena se reconocen en una dimensión de lo colectivo que la misma Catani plantea en el programa de mano. Así lo interpreta Ditisheim: “Es extraordinaria la idea de la máquina. Cada uno tiene su lugar, sabe lo que tiene que hacer y en eso hay un engranaje que funciona y es súper frágil también. Todo el tiempo hay un dialogo, una escucha y me parece que en esa dimensión del trabajo grupal Beatriz es la que lleva el barco”. Unzaga piensa unos segundos y con una sonrisa afirma: “Beatriz tiene la capacidad de que en un segundo, e inclusive muy cerca del estreno, tiene como una varita mágica que genera un monstruo, que es la obra. Eso a mí me da mucha confianza”.




Cuando parecía que dicotomías como civilización/barbarie quedaban ya distantes de nuestro tiempo, esta nueva obra del TNA – TC las vuelve a poner en escena. ¿Se puede seguir pensando en esos términos? Mansilla Pons tiene clara su postura: “Ese pensamiento puede estar contemplado todavía –incluso en cierta clase dirigencial– en tanto hay ciertos proyectos políticos de exclusión de determinada gente, de restringir el ingreso de otros al territorio nacional. Hace poco también ha habido un caso bastante notable con la desaparición de Santiago Maldonado donde de alguna manera se puso en la lupa a la comunidad de un pueblo originario”. Y para el actor Unzaga esa dicotomía no deja de ser una construcción: “Puede tener un montón de aristas y miradas pero la famosa grieta es lo que construyen cuando les conviene o no les conviene, según de quienes estemos hablando, la civilización y la barbarie. No lo llevo

solamente a lo que planteaba Sarmiento en ese sentido. Se sigue formando según lo que me venga bien. La grieta es eso”.


Ficha técnica

Cosas como si nunca, de Beatriz Catani.

Con Gabriela Ditisheim, Trinidad Falco y Juan Manuel Unzaga.

Músico en escena: Ramiro Mansilla Pons. Sonido en vivo y diseño sonoro: Agustín Salzano.

Realización audiovisual: Nahuel Lahora. Música: Ramiro Mansilla Pons. Iluminación: Leandra Rodríguez. Vestuario: Gonzalo Giacchino Escenografía: Andrea Desojo Mc Coubrey e Inés Raimondi.

Dirección: Beatriz Catani

Funciones: jueves a domingo a las 18.

Entrada: $ 180.

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JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

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