Rubén Ballester, del área de Gestión de Públicos del TNA-TC, ofició de “guía especializado” en un recorrido por el Teatro visto como una “fábrica”. Aquí, reflexiona acerca de las percepciones que tienen los públicos, en especial los jóvenes, sobre cómo funciona un teatro de producción.
Por Emiliana di Pasquo
“Mi rol actual en Gestión de Públicos es la elaboración de estadísticas, gráficos comparativos e indicadores de gestión. Entré en el teatro como actor en 2005 y luego me ofrecieron producir el programa de radio que tenía el TNC en Radio Nacional y la Feria del Libro Teatral durante 5 años, además de otros eventos y espectáculos en el ex área de Extensión Cultural. También colaboro con las visitas guiadas”, dice Rubén Ballester, licenciado especialista en Administración de Artes del Espectáculo, que acompañó a los Jóvenes Periodistas a un recorrido por cada una de lás áreas de esta “fábrica de teatro”, de acuerdo con su definición.
¿Qué cree que piensa el público que asiste a ver las obras acerca del trabajo que se realiza dentro del TNA-TC? ¿Tienen conciencia de cómo funciona un teatro de producción?
En general, el público que viene a ver las obras intuye que hay personas poniendo en funcionamiento la maquinaria que ven en el escenario. No creo que lleguen a dimensionar la cantidad de especialistas que trabajan detrás de escena y en la cantidad de departamentos y áreas que componen el único Teatro Nacional para que atiendan a las necesidades del proyecto artístico que se propone la dirección del teatro. La gran mayoría se lleva las impresiones que el espectáculo le produjo y no creo que reflexione sobre la gestación y producción de lo que acaba de ver.
Durante la visita guiada realizada al grupo de Jóvenes Periodistas surgió la idea de que el TNA-TC es una fábrica de teatro. ¿Crees que es importante visibilizar eso en una visita abierta al público?
Asumo el concepto de fábrica de teatro porque es una organización pública especializada en llevar a cabo proyectos de gran envergadura, así como el Teatro Colón y algunas salas del CTBA. Cuenta con una capacidad de gestión para programar y producir en simultáneo diversos espectáculos y eventos. La actual gestión de Alejandro Tantanian ha producido eventos como Integral Pavlosky en 2017 y Marx Nace en 2018 que se realizaron en diferentes espacios no convencionales del teatro. Eso les permitió a los concurrentes visualizar y recorrer el teatro casi en su totalidad. También se realizaron programas de visitas guiadas en forma espectacular que acercaron a alumnos de colegios a conocer el TNA - TC. Creo que sería importante visibilizar la cocina teatral pero depende de los cronogramas organizativos de las áreas involucradas.
¿Qué pensás de los jóvenes y su relación con el teatro de hoy?
El teatro, como entretenimiento, sufre hoy una desigual competencia con Netflix, el cable, el cine en casa y el delivery. Es muy cómodo ordenar alguna comida y mirar tele en casa. Pero si se busca algo con condimentos artísticos, el teatro logra, a veces, envolvernos en experiencias en vivo que tienen como única y gran particularidad que los que están en el escenario y en la platea respiran el mismo aire. Esto y también la irrepetibilidad de la función, que se consume mientras sucede, con todo lo imprevisto que puede acontecer. La palabra, el cuerpo en escena con los componentes plásticos y sonoros que albergan la obra y el desarrollo del cuento in situ hace del teatro otra experiencia. Además, hay que ir en su búsqueda, no llega como la comodidad de la tele en casa. Los jóvenes tienen que desarrollar el hábito del teatro, ampliar su curiosidad y entrenar la sensibilidad como un músculo para acceder a las miradas que proponen los artistas. Con esto me refiero a un autor, director, actores, músicos y escenógrafos de un arte/oficio que tiene más de 2000 años de vigor en el mundo occidental.
¿Considera importante que los jóvenes, además de asistir a ver un espectáculo, conozcan sobre el detrás de escena y la producción del mismo?
El detrás de escena ayuda al reconocimiento de los invisibles, de los que no reciben el aplauso porque no se exponen, pero que son parte de un arte/oficio que es esencialmente colectivo. Si los jóvenes desarrollan la curiosidad y el sentido crítico podrán vivenciar el discurso que le ofrece el teatro con su realidad, memoria, el presente y los artificios.
