top of page
  • Foto del escritortramoya 2.0

El discurso teatral y el contexto actual

Finalizan su primera temporada tres obras que abordaron la misma temática desde perspectivas distintas: Tiestes y Atreo, de Emilio García Wehbi; En lo alto para siempre, de Camila Fabbri y Eugenia Pérez Tomas; y Pulmones, de Duncan Macmillan y dirigida por Jennifer Aguirre. ¿Cuáles son sus similitudes y diferencias dentro del contexto actual?


Por Pía Fonseca




El primer semestre del año resultó movido en el Congreso y el debate sobre la despenalización del aborto se instaló de inmediato en la agenda porteña. Pero mientras la marea verde inunda las calles y sus olas rompen en las puertas de los hogares con formas de preguntas, en el teatro ¿qué pasa?

Sin establecer dogmas, como todo arte, acompañó los aires de cambio social desde lo más básico: cuestionar aquello que está naturalizado y permitir la reflexión del espectador. En ese aspecto, el Teatro Nacional Argentino - Teatro Cervantes no se quedó atrás. Un mes después del comienzo de las exposiciones, el 5 de mayo, el director Emilio García Wehbi estrenó Tiestes y Atreo, obra inspirada en la tragedia Tiestes de Séneca. El programa de mano que se ofrece antes de entrar a la sala María Guerrero dice: “La operación hacia el presente que trama Wehbi respecto del material senecano subraya un tema que esta tragedia no llega a abordar: los padres se comen a los hijos” y agrega después: “¿Por qué las generaciones mayores, históricamente, devoran -de manera simbólica- a las nuevas generaciones?”. Apenas cuatro renglones y ya se polemiza la reproducción humana. “García Wehbbi instala una mirada muy crítica sobre la maternidad y el tener hijos. En la obra cuestiona: ¿Cuál es el nivel de egoísmo que nos hace reproducirnos en un mundo que tiende al hundimiento? ¿Qué hay detrás de ese deseo relacionado con la reproducción y garantizar la supervivencia de la especie?”, analizó Federico Irazábal, licenciado en Artes Combinadas de la UBA, en la primera jornada del Taller de Formación Docente del Teatro Nacional. Tiestes y Atreo, de manera constante, provoca esas dudas en el espectador: de hecho, haciendo pie en un elenco integrado solo por mujeres no es difícil aseverar que la maternidad es uno de los temas centrales de la puesta, al igual que en el Congreso. A pesar de esto y del intervalo rapero que afirma que “no hay mayor muestra de cariño que comerse a los propios niños; porque no hay asunto más prolijo que devorarse a todos los hijos”, el director también mostró un costado más sensible. En el segundo acto y sobre el final de la obra se esboza otro tema sustancial que, además, es un fuerte tópico en la tragedia de Séneca, esa herida que nunca cicatriza: la muerte de un hijo.

En este tema se especializa el dúo de autoras y directoras Camila Fabbri y Eugenia Pérez Tomas, ganadoras de la Convocatoria de Proyectos Teatrales para programación 2018. Al mes de iniciado el debate acerca de la despenalización del aborto, cuando empezaba a hacer eco en las calles, a las nueve de la noche en la sala Orestes Caviglia del Teatro Cervantes se estrenaba En lo alto para siempre, un espectáculo que detiene el tiempo en el borde de la terraza de una casa, en el cual el hijo de Virginia decidió no vivir más.

“García Wehbbi instala una mirada muy crítica sobre la maternidad y el tener hijos. En la obra cuestiona: ¿Cuál es el nivel de egoísmo que nos hace reproducirnos en un mundo que tiende al hundimiento? ¿Qué hay detrás de ese deseo relacionado con la reproducción y garantizar la supervivencia de la especie?”, analizó Federico Irazábal

El idioma no tiene una palabra que pueda nombrar la pérdida de un hijo. ¿Puede el teatro representar aquello a lo que no se le encontró nomenclatura? Tanto el lenguaje de las dramaturgas y directoras como el personaje que realiza María Onetto demuestran que se puede traer a la superficie ese mundo sensible y doloroso. En una entrevista con Jóvenes periodistas para Tramoya 2.0, Onetto reconoce que para actuar es necesaria la “construcción de una verdad diferente” y agrega: “Virginia, es una mujer que perdió a su hijo, y está trabajada a partir de crear un imaginario verosímil que empieza a desplegarse, que es auténtico y busca producir un efecto”. Y sí, el teatro trabaja con las emociones y las sensaciones y muchas de ellas se pueden describir. Pero nunca podrán mencionarse con una única palabra.

De igual modo, En lo alto para siempre apuesta a más: en paralelo al dolor de la madre, la obra plantea una oposición entre la pérdida de un hijo con el nacimiento de otro. La hija menor de Virginia lidia con los vaivenes de su madre durante su último mes de gestación, más explícito, a días de romper bolsa. Se trata del personaje que interpreta Delfina Colombo, quien tiene una participación ambigua en relación a sus deseos de ser madre. En uno de los diálogos con el plomero, quien fue a realizar los arreglos de la casa, se le pregunta por el padre y ella responde: “No quiero hablar de eso”. Si bien esta intervención instala más dudas que certezas, también perfila uno de los cuestionamientos presentes en la sociedad y en la obra de Wehbi: decidir y elegir la maternidad. Para profundizar en ello, hay otra obra.

Lejos del teatro oficial, en lo que se conoce como under o el off, también el debate cobra presencia y multiplica las interpretaciones. Tal es el caso de Pulmones, la obra de Duncan Macmillan, dirigida por Jennifer Aguirre en la sala NoAvestruz. Se trata de la historia de una pareja que un día, en la cola del supermercado, se plantea tener un hijo y, en lugar de hacer números, se preguntan “por qué traer un hijo al mundo”.

Pulmones fue representada en quince países y este año es la primera vez que se realiza en la Argentina. “Tiene algo universal más allá de la cultura de cada país. Preguntarte si tener un hijo y por qué, preguntarlo y no traerlo porque sí -por un mandato- a mi me pareció que era valioso contar”, comenta Aguirre acerca de la obra y continua: “Es una temática que, actualmente, debe atravesar a la mayoría porque sino no se explica que se hiciera en tantos países”.

Si bien el texto dramático existe tiempo antes de que cobraran mayor presencia determinadas preguntas en la cultura porteña, no se puede obviar el contexto actual en el que se representa. “Cuando empezó a cobrar mucha fuerza la campaña por la legalización del aborto era muy paradójico que estuviéramos haciendo las funciones de Pulmones. Haberla estrenado ahora, a nosotros nos modificó”, analiza la directora y reflexiona: “Si la hubiéramos realizado el año pasado, quizás no me habría dado cuenta de otras cosas que la obra también puede decir” y comenta que desde la producción decidieron “subrayar pequeños elementos para mostrar que la maternidad es una elección y no una imposición”, aunque aclaró: “No me gusta el teatro que muestra una postura fija, porque no deja al espectador reflexionar. Hay personas autodenominadas provida a las que les encantó el espectáculo y otras, a favor del aborto, a las que también les fascinó, justamente de eso se trata”.

A mediados de junio, las tres obras dieron por finalizada su primera temporada. A su vez, la ley que impulsa la Campaña Nacional por la interrupción voluntaria del embarazo ya tiene media sanción en el Congreso y espera para ser tratada por los senadores. El teatro habló, como siempre, a su manera. Sin embargo, quedan pendientes preguntas: ¿Lo hubiera hecho con el mismo peso en otro contexto? ¿Hubieran resonado tanto los personajes femeninos? ¿Es lo mismo representar Tiestes y Atreo, En lo alto para siempre, y Pulmones ahora que antes o en un futuro?

200 visualizaciones

JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

bottom of page