El TNA – TC es mucho más que el edificio de Córdoba y Libertad. Un repaso por lo que implica salir de gira por el país y el resultado de una actividad central para el teatro.
Por Nicolás Santiago
Teatro Nacional Argentino y todo lo que eso implica. Por separado, conceptos inclusivos y elementales. Algo que le pertenece al 100 % de los habitantes de este territorio. Y algo a lo que tienen derecho a acceder. A fines de 2017, días antes de los brindis pertinentes, Alejandro Tantanian, a cargo de la dirección de teatro desde el inicio de ese año, presentaba lo que sería la programación 2018 del TNA – TC.
“En la temporada 2018, se continuará con el Plan de Giras Nacionales. Mediante este programa, algunos de los espectáculos del Teatro Nacional Argentino – Teatro Cervantes, tanto los estrenados en el edificio histórico como los que tendrán lugar en otros puntos del país, se presentarán en distintas ciudades de las provincias argentinas”. Y así fue. Casi un año después de ese anuncio el único teatro nacional sigue girando.
Durante 2018 las obras que salieron de gira fueron: Cyrano de más acá, Deseos inquietos, 5 S M (versión especial de 38 S M armada para la gira), Escritor fracasado, Cosas como si nunca, Eva Perón / El homosexual o la dificultad de expresarse y los tres espectáculos correspondientes al ciclo de conferencias performáticas, Territorios en conflicto. La elección sobre cuáles son las obras que salen de gira no es azarosa y requiere de un minucioso análisis en conjunto. Martín Lavini, coordinador técnico de las giras, lo explica mejor: “Hay cuestiones técnicas. En general las obras de la sala María Guerrero no viajan por una complejidad técnica y por el tiempo previo que necesitan de montaje, que es por lo menos de tres días. Para obras como las de las salas Luisa Vehil u Orestes Caviglia en general pedimos un día previo para hacer montaje y ensayo, y después hacemos las funciones”. Pero no todo queda en la cuestión técnica: “Hay plazas que tampoco pueden resistir el material en cantidad de público. Si se hacía la inversión gigante de sacar un material como La terquedad, no había ninguna plaza que pudiera recibirlo por más de tres funciones, porque una sala de 1000 localidades en el interior no soporta más de esa cantidad, a lo sumo cuatro funciones. Y para lo que era el movimiento económico no tenía mucho sentido”.
Mover todo un espectáculo por un territorio tan extenso como es el nuestro no es tarea sencilla. Por eso las giras se planean por lo menos con dos meses de anticipación a la ejecución. “Son procesos de trabajo largos. Se decide la obra y se cierra la negociación con la plaza elegida con la mayor anticipación posible para poder hacer los cruces técnicos necesarios y toda la logística: hoteles, traslados, comidas y demás, que lleva bastante tiempo. También se define el personal técnico que va a viajar con la obra”, explica Lavini.
A pesar de lo complejo que es llevar a cabo una gira para el TNA – TC, donde nunca se supera la decena de funciones, el resultado siempre es lo que reafirma la decisión de hacer la experiencia. En la búsqueda de nuevo público, el único teatro nacional lleva la delantera. “La dirección hace la curaduría de los materiales para gira y, en general, se contempla la territorialidad del espectáculo, con qué público posible dialoga”, comenta el coordinador técnico. Y ahí parece estar la clave. Llevar al ciudadano lo que le pertenece, su teatro. En ese sentido desde la llegada de Alejandro Tantanian a la dirección general se impulsó el programa “Gestión de públicos” que, como cuenta Martín Lavini, por primera vez pudo realizarse también en gira. “Fue una novedad. Se trabajó con 5 S M y Cosas como si nunca. Era algo que nosotros queríamos hacer desde que entramos a trabajar el año pasado y recién se pudo concretar ahora y tuvo muy buenos resultados. Desde la recepción de la gente hasta el incremento del público en las salas”.
El Teatro Cervantes seguirá estando en la misma esquina porteña donde se construyó. Pero si hay algo que la actual gestión dejó en claro es que el teatro nacional es mucho más que ese mítico edificio. Es momento de hablar del TNA.
