top of page
  • Foto del escritortramoya 2.0

Inclusivxs

"Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia", afirma un pasaje de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Este leitmotiv se reprodujo en la función accesible de la obra La vida extraordinaria, de Mariano Tenconi Blanco que el Área de Gestión de Públicos organizó en conjunto con la Dirección Nacional de Innovación Cultural (DNINC) en la sala Orestes Caviglia. Una función donde se desarrollaron verdaderas acciones de inclusión.

Por Mailen Maradei




“El concepto accesibilidad cultural implica brindar iguales condiciones de participación a todas las personas que forman parte de una sociedad determinada, que por alguna razón física o cognitiva se ven imposibilitadas para el pleno disfrute de sus derechos”, así se define la accesibilidad cultural en una guía práctica que desarrolló el Ministerio de Cultura. El primer paso hacia esa igualdad fue la función de La Vida Extraordinaria, de Mariano Tenconi Blanco en la que participaron personas con y sin discapacidad de diferentes instituciones educativas y organismos.

Las luces de la sala se apagaron y solo quedó una pequeña luz que iluminaba el espacio ocupado por dos intérpretes de lengua de señas que fueron intercambiándose los lugares durante todo el espectáculo. Luego, la función continuó con un audio introductorio que abarcaba la historia de la sala, un breve argumento de la obra y una descripción de la escenografía y del vestuario de las actrices. Además, los acomodadores le entregaron a cada espectador/a un programa de mano impreso en braille con un código QR que contiene un hipervínculo a un audio del director de la obra. “Desde el principio estuvimos pensando diferentes formas de hacer accesible una obra. En este caso, los recursos que se podían utilizar era el audio descripción, trabajar con intérpretes de señas y contar con el programa en mano en braile. El próximo año nos gustaría incorporar otros recursos como el subtitulado”, afirmó Viviana Susena, representante de la DNINC.

La obra de Mariano Tenconi Blanco retrata la historia de Aurora Cruz (Valeria Lois) y Blanca Fierro (Lorena Vega), dos poetas y amigas de toda la vida que comparten la pasión por libros. El espectáculo transcurre en espacios determinados por el lenguaje que las actrices van construyendo a lo largo de la representación. Así, desfilan los paisajes de Ushuaia –comúnmente llamado “el fin del mundo”-, Buenos Aires y la Antártida. De esta forma, el fin de mundo se va convirtiendo en una metáfora que acompaña al espectáculo y sirve como excusa para hablar de la creación de la vida humana, la muerte de los padres, el nacimiento de los hijos, el amor, la amistad y ese espacio en el medio que es la vida.

“Desde el principio estuvimos pensando diferentes formas de hacer accesible una obra. En este caso, los recursos que se podían utilizar era el audio descripción, trabajar con intérpretes de señas y contar con el programa en mano en braile. El próximo año nos gustaría incorporar otros recursos como el subtitulado”, afirmó Viviana Susena, representante de la DNINC.

Tras atravesar este viaje hacia el principio y fin del universo, los espectadores/as pudieron participar de una charla debate con el director, las actrices y los músicos que fue coordinada por Juan Pablo Gómez y Aimé Pansera. Allí, la emoción de esta experiencia piloto, que pretende replicarse en futuras funciones accesibles, caló hondo. “Mi nombre es Raquel, tengo una discapacidad auditiva. Es la primera vez que veo una obra con intérpretes de señas. Estar todos sentados en la misma sala mirando una obra de esta forma me emocionó muchísimo porque no existen muchas posibilidades así”, señaló una espectadora que participó de la actividad posterior.



La función accesible también significó una experiencia piloto en la implementación de técnicas de comunicación accesible para personas con discapacidad visual, quienes fueron ubicados en espacios estratégicos, señalados con un papel, para que pudieran apreciar el espectáculo. “El sentido de la obra se transmitió materialmente. Las personas con discapacidad visual, utilizamos diferentes recursos para entender la obra. Puede ser que la persona que tengamos al lado nos cuente lo que está pasando y vamos recomponiendo el sentido a través de la imaginación. Ojalá que estas funciones con sistemas de comunicación accesible sean el comienzo de una ampliación de derechos”, comentó un estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, institución educativa que aportó la audio descripción del espectáculo.



Para otros espectadores/as, la función fue una oportunidad para abordar el teatro desde otra perspectiva. “Esta experiencia mixta me voló la cabeza porque nunca había participado de un evento así. Yo estudié teatro y cine, mis profesores siempre me decían que no explicara lo que estaba diciendo o haciendo porque eso no estaba bien. Hoy, fue necesario hacerlo y no fue redundante en ningún momento. Como espectadora, que veo y escucho, fue muy emocionante compartir este momento con todos y todas. Incluso, era imposible no dirigir la mirada hacia las chicas –en referencia a las intérpretes de lengua de señas- y sentir que lo que ellas estaban haciendo fortalecía más el sentido de la obra”, señaló una espectadora que participó de la función mixta.

La función accesible de La vida extraordinaria demostró que las diferencias se desvanecen cuando todas las personas pueden disfrutar de una misma situación en igualdad de condiciones. Ahora, solo resta que esta experiencia se replique.

50 visualizaciones

JÓvenes periodistas

Durante un año, 9    jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas, con el acompañamiento de especialistas en la materia, llevan adelante un laboratorio-taller de periodismo y análisis de las artes escénicas, vinculado a la programación del Teatro. Este blog se propone como un espacio de reflexión y análisis a partir de la producción artística del TNA - TC. 

bottom of page