El autor y director Mariano Tenconi Blanco es el artífice de La vida extraordinaria, la nueva obra que estrenó el TNA – TC. Una conversación mucho más allá del teatro.
Por Nicolás Santiago
“Me gusta mucho como artista ser parte de los teatros de la Ciudad o de la Nación, me parece que está buenísimo defender artísticamente esos lugares”, dice uno de los dramaturgos y directores más importantes de la actual escena nacional, Mariano Tenconi Blanco, por primera vez presente en los escenarios del TNA - TC. “Alejandro Tantanian fue mi maestro y admiro muchísimo la gestión que está haciendo. Me encanta lo que programa, el criterio curatorial de todo su equipo”, dice sobre el director general del teatro.
“No soy muy militante, siento que durante muchos años le puse más ganas al amor que a la amistad y me fue mejor en la amistad que en el amor”.
El joven autor y director llega a la sala Orestes Caviglia con La vida extraorinaria, interpretada por Valeria Lois y Lorena Vega, acompañadas por les músicos Ian Shifres y Elena Buchbinder, además de la participación en voz en off de Cecilia Roth. Una historia hipnótica sobre la vida de dos amigas y la distancia, entre tantas otras cosas. Y Tenconi Blanco no puede reconocerse por fuera de esos tópicos: “No sé si fui yo el modelo de amigo que tomé para la obra. Al principio me interesó escribir una historia de mujeres en donde el centro sea la amistad de ellas. Disfruto mucho de tener bastantes amigos porque elijo con quién comparto qué cosa, como si cada uno de mis amigos conociera una parte de mi y otras no”, reconoce en cuanto a la amistad. Pero agrega: “No soy muy militante, siento que durante muchos años le puse más ganas al amor que a la amistad y me fue mejor en la amistad que en el amor”.
Gran hacedor de frases para guardar, el dramaturgo tiene una mirada crítica sobre la geografía de nuestras historias: “Parecería que muchas veces las ficciones son mas porteñas. No hay tanta ficción argentina con nieve, con agua, con mar, con viento”, dice. Y por eso su nueva obra, escrita hace unos años atrás, transcurre gran parte en Ushuaia. “Me interesaba trazar un nuevo mapa del país. Había algo con esa geografía que me parecía muy interesante para tomar prestada y que era muy distinta a la literatura argentina, en general, y al melodrama, en particular”. Es en la literatura donde gran parte de su nuevo trabajo subyace: “Siento que la obra es muy argentina porque está muy asociada a la literatura nacional. Está llena de referencias: desde Cruz y Fierro, pasando porque se escribe poesía. Entonces hay un montón de escritores y escritoras: Storni, Giannuzzi, Borges”, enumera.
El debate sobre los dramaturgos y la narrativa aparece en la charla. Una distinción interiorizada por muchos pero sin saber porqué. Y Tenconi Blanco actúa como abogado defensor de los autores de teatro: “Me gusta mucho defender la idea de la dramaturgia como literatura. Me parece que la dramaturgia es literatura y de la más alta sobre todo en la Argentina donde hay autores y autoras tan buenos”. Según su opinión, la tradición teatral de nuestro país es muy fuerte: “No sé cuántos escritores mejores en la Argentina hay que Rafael Spregelburg y es un dramaturgo. No sé por qué no se los invita a los dramaturgos a la mesa grande de la literatura”. Reflexiona y redobla la apuesta: “Los escritores de narrativa escriben espantosamente mal teatro. Hay algo del canon de la literatura argentina que deja afuera al teatro y me parece una pena porque hay una literatura potentísima que se está haciendo. Estaría bueno que alguna de las instancias de validación como puede ser la academia o el mundo editorial empezaran a incluir a los autores de teatro como escritores”.
“Me interesaba trazar un nuevo mapa del país. Había algo con esa geografía que me parecía muy interesante para tomar prestada y que era muy distinta a la literatura argentina, en general, y al melodrama, en particular”.
El recientemente nominado a los premios ACE por el texto de Todo tendría sentido si no existiera la muerte, vuelve a desplegar en este nuevo trabajo su doble rol: escribir y dirigir. Confiesa que le cuesta pensarse montando un texto que no escribió o escribir para otro director: “Me gusta pensarme en los dos roles. Escribiendo todo es felicidad y dirigiendo es todo padecimiento”, define. Y lo lleva a un nivel aún más intangible: “Escribir es un goce sin tensiones, como si te dijera, sin contrapuntos: simplemente gozar. Es pura felicidad”. Pero después tiene el desafío de llevar ese goce al terreno de lo fáctico: “Ensayar me pone en crisis en el mejor de los sentidos: se me caen las certezas todo el tiempo, pero también estoy en estado de inseguridad eligiendo cosas, maderas, vestidos, hablando con un montón de gente, levantándome temprano. Es como una modificación de un ritmo vital que me demuele, que me fascina, que me genera enorme responsabilidad, que me convoca, que me pone muy nervioso, que me hace dormir mal. Pasan cosas maravillosas y espantosas, todas juntas”.
Hasta fines de septiembre, las dos amigas protagonistas transitan la obra en paralelo con la realidad que las mujeres hoy atraviesan. “Sigo las luchas de las mujeres y trato de informarme y aprender respecto de lo que ellas nos están enseñando sobre sus propios derechos. No me interesa hacer la obra como objeto de militancia, me parece que ya de hecho las mujeres nos dieron esa lección, que los derechos se defienden en la calle y así lo están haciendo de muy buena forma”, dice al reconocerse como sujeto político atravesado por la situación actual del país.
La vida extraordinaria es un título que dispara infinitas interpretaciones, algo que el director y autor de la obra anhela que suceda con cada espectador. Pero, ¿por dónde empezó esa “vida extraordinaria”?: “Los amigos, los afectos y la literatura hacen que la vida sea extraordinaria. Leer y escribir es lo que más me gusta en el mundo así que, para mí, lo extraordinario de la vida es eso”.
Ficha técnica
La vida extraordinaria, de Mariano Tenconi Blanco
Elenco: Valeria Lois y Lorena Vega Voz en off: Cecilia Roth Músicos en escena: Elena Buchbinder e Ian Shifres
Producción: Yamila Rabinovich Asistencia de dirección:Ana Calvo
Coreografía: Jazmín Titiunik Diseño audiovisual: Agustina San Martín Música original y dirección musical: Ian Shifres Iluminación: Matías Sendón Vestuario: Magda Banach Escenografía: Ariel Vaccaro
Dirección: Mariano Tenconi Blanco
Jueves a domingo a las 21. Hasta el 23 de septiembre.
Comments