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Que se mueran los premios

Entrevista a Diego Velázquez

El actor de Escritor fracasado habló sobre su carrera y, en especial, compartió su pasión por las historietas con el más comiquero de los Jóvenes periodistas.

Diego Velázquez en un mano a mano

¨Estoy contento con lo que hice y con la gente que me cruzé y todavía me queda mucho por hacer¨, dice el marplatense Diego Velázquez que está por cumplir veinte años de su debut como actor en Pornografía emocional, de Jose María Muscari. Pero antes de trabajar como actor, hizo de todo: quiosquero, carpero, mesero, solo por nombrar algunos oficios.

Tiene una regla. Antes de hacer un personaje le pregunta al director: “Si hubieras podido llamar a cualquier actor del mundo, ¿a quién habrías llamado?”. Y de ese actor toma las mejores partes.

"Para Escritor fracasado tomé un montón de referencias de escritores nacionales¨, dice sobre el unipersonal que hace en el Cervantes, con dirección de Marilú Marini y sobre textos de Roberto Arlt, autor que conoce muy bien: protagonizó Los siete locos y Los lanzallamas para la TV Pública, en 2015, miniserie adaptada por Ricardo Piglia.

Su peor experiencia actoral fue en Rey Lear, de William Shakespeare, en 2006, ya que el director Jorge Lavelli, dice, tenía muy mal trato con los actores que no eran primeras figuras; sin embargo, está contento de haber conocido allí a varios colegas.

“Me gustaría actuar cosas escritas por Manuel Puig”, respondió acerca de cuál sería su papel ideal. Pero no reniega de sus experiencias. Actuó en videoclips que disfrutó mucho y aun escucha esas canciones: “Todo depende de que te den ganas de hacerlo; las cosas es mejor elegirlas porque te querés divertir, no tiene por qué tener una justificación intelectual”.

Pese a los premios que ganó por su protagónico en la película La larga noche de Francisco Sanctis (2016), ópera prima de Francisco Márquez y Andrea Testa, basada en la novela de Humberto Costantini, opina que “a los premios hay que abolirlos” y que “no hay que ir a recibirlos” porque “fomentan algo entre los artistas que no está bueno, algo deportivo, querer que los demás vean que sos el mejor y eso es muy vanidoso. O, de repente, te transformás en un perdedor. Apunta a lo peor y ni siquiera te consultan si querés participar”.

Además de Escritor fracasado, Velázquez trabaja con Esteban Meloni en Miedo, de Ana Frenkel en el Centro Cultural 25 de mayo y a mediados de octubre estrena Hemos abandonado nuestra carrera de campeones, obra de danza que dirige junto a Eugenia Estévez y que podrá verse en el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA).

Además de la actuación, desde chico es fan de los cómics. Y su profesión le permitió reunir esos dos amores. Por ejemplo, cuando escribió, dirigió y actuó en Aquaman (2008). “El personaje Aquaman me recuerda mi infancia en Mar del Plata. Antes era un superhéroe naif pero con el tiempo lo vimos con un garfio en la mano y un hijo muerto. Fue como encontrarse con un compañero del secundario hecho bolsa. Ni Aquaman es eso que era ni yo tampoco soy la persona que fui”, dice sobre su antihéroe melancólico que trabajaba en Mundo marino y en sus descansos hacia monólogos.

También trabajó en Kryptonita (2015), una película dirigida por Nicanor Loreti que versiona la novela de Leonardo Oyola donde la Liga de la Justicia se ubica en La Matanza, en el conurbano bonaerense, y cada personaje está atravesado por la realidad social.

“El cine actual de los superhéroes me parece todo muy metálico; quisiera un poco más de lycra”, dice sobre Batman vs Superman y Spiderman: Homecoming. Tiene el deseo de dirigir un cómic futurista: “Creo que tengo casi toda la historia”, dice con una sonrisa pero sin dar ningún detalle.


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