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Ambiciones de una tarde de verano

Para estar bien informado acerca de la primera obra como autora y directora de Laura Paredes, un adelanto de Todo lo cercano se aleja antes de pasar por la Orestes Caviglia.

Un balneario de San Clemente. Hay viento pero, de a poco, el día mejora. Olas, chapuzones, aroma a bronceador, arena ardiente como fuego. Ese es el escenario que la actriz y dramaturga Laura Paredes eligió para Todo lo cercano se aleja, su primera experiencia en solitario como directora, luego de haber trabajado durante años con “Piel de lava”, un grupo de investigación teatral que comparte con Elisa Carricajo, Pilar Gamboa y Valeria Correa, siempre elogiado por sus montajes.

Selva (una histriónica Paula Acuña) viaja a la costa con su marido (Marcelo Mariño) para visitar a su madre (Emma Rivera), pero ese ámbito destinado normalmente al descanso de las vacaciones se convierte en una especie de subasta inmobiliaria cuando se empeñan en venderle un terreno heredado en Madariaga al ingeniero, histórico vecino de carpa. No pasa inadvertido en escena que los actores que dan vida a estos personajes se han cruzado previamente en el camino: Acuña y Rivera han trabajado juntas con las “Piel de lava” en Acassuso, de Rafael Spregelburd, Pozzi y Mariño han compartido escenario en ¡Viva Italia!, de Walter Jakob.

A medida que el día va cayendo, también caen las esperanzas, y a los anhelos de grandeza se los llevan las olas. El tratamiento lumínico y sonoro de la puesta refleja con dinamismo el paso del tiempo y el “universo playa”, con una atmósfera apática, un ritmo y un clima de espera, con lo que Paredes casualmente parece recordar a Balnearios, un documental dirigido por su pareja, el cineasta Mariano Llinás. Si bien deja asomar varios rayos de comedia, esta obra es, en realidad, una pequeña tragedia naturalista que ilustra el fracaso de una ambición familiar en una tarde de veraneo. La desilusión y el desencanto profanan repentinamente el tiempo sagrado de las vacaciones y la luz de a poco se comienza a apagar.

Todo lo cercano se aleja, de Laura Paredes

“Todo lo cercano se aleja, es verdad. Al atardecer, las cosas más cercanas ya se alejan de nuestros ojos”, reza un verso de Goethe citado por Jorge Luis Borges en su conferencia La ceguera, un verso que le habla al crepúsculo y que esta pieza tomó prestado para su título. La obra se puede ver en la sala Orestes Caviglia, del Teatro Cervantes, y se suma así a la renovación artística que ha atravesado su programación a lo largo de este año, que resignifica el espacio, busca nuevos lenguajes y abre las puertas a textos y autores provenientes de otros circuitos.


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